En un rincón de la ciudad, casi escondido entre el románico zamorano, hay un colegio público con 36 años de andadura. Su patio de recreo es muy característico, con una hermosa galería de moreras, amplia zona de arena y un pozo que es su símbolo más entrañable, testigo de la antigua escuela de primaria que se asentó sobre una casa donada en el siglo XIX por una dama de la nobleza, la Bujanda. Posteriormente se anexionó un cuartel de los carabineros y una "Casa del Pueblo" con lo que se completaba el solar donde se construiría el actual edificio inaugurado en 1979. Cuando un padre o una madre llama a la puerta del "Gonzalo de Berceo", le abre su director. Con cercanía y acogida invita a los recién llegados a conocer el centro, no escatimando en detalles. Esto se mantiene con el resto de padres que ya tienen los hijos escolarizados.

Maurino Prieto Gutiérrez lleva como director en este colegio desde 2008, y hoy se jubila. Inicialmente estuvo aquí como profesor, luego se trasladó al mundo rural, a Castronuño. Regresó en 2002 como jefe de estudios y después director del colegio, donde apostó fuerte por la transformación del centro. Ciertamente siempre contó con un buen equipo, pero los retos que tenía por delante no eran pequeños: el paso a la jornada continua, el programa de madrugadores, el comedor, la implantación del sistema bilingüe, en definitiva la transformación de un colegio pequeño, casi familiar, al actual con todas sus aulas llenas. Últimamente ha tenido que capear el temporal de los recortes que se han llevado herramientas, medios, actividades, cambios de normativa?

Ha sido un director "24 horas", siempre disponible para padres y profesores. La puerta de su despacho siempre ha estado abierta. En la memoria de los alumnos quedará el ejemplo y también el recuerdo cariñoso de muchos de sus giros tan propios como "Esas unidades qué son, euros o chorizos?", o "Venga, chavales, dejad de pelar la pava", o "¿Quieres 50 (copias) en el recreo?".

Como toda persona, seguro que Maurino también ha tenido sus errores, pero es de justicia reconocer y agradecer la labor realizada: su gestión, la acogida y el servicio que ha prestado al colegio y por extensión a nuestros hijos que son el patrimonio más importante de las familias. Todo el bien que se hace a nuestros hijos los padres no lo olvidan.

No cabe duda que vidas honestas como la de don Maurino hacen crecer al resto de la sociedad. Estamos en el deber de construir un futuro mejor que asiente sobre los pilares de la educación, donde nuestros hijos tomen conciencia del mundo que les rodea y de las innumerables posibilidades que la vida les muestra.

Todo lo que se invierta en ellos redundará en un mundo mejor, y cuando decimos inversión no estamos pensando tanto en los dichosos libros de texto, sino en respeto, escucha, cooperación, socialización, humanidad?

Gracias, don Maurino, por tu entrega en beneficio de todos.

Reyes Heras Arias y demás miembros del AMPA Gonzalo de Berceo (Zamora)