Miles de personas en España y en muchos otros países han salido a la calle en el día internacional contra la pobreza en el mundo para expresar la protesta contra la situación de desigualdad tan abismal que se sufre, en todos los sitios, aunque en unos más que en otros, y que se ha agudizado con la gran crisis de 2008 cuyos efectos devastadores han ahondado aún más la brecha social y económica.

Las marchas y concentraciones que han tenido lugar en Madrid y otras ciudades españolas fueron convocadas por más de mil asociaciones y colectivos, entre ellas la práctica totalidad de las ONG que se ven desbordadas por la magnitud de la situación, que apenas si ha variado no ya en años o décadas sino en siglos. Que actualmente un 1% de la población posea tanto patrimonio, líquido o invertido, como el 99% del resto de la población universal es el dato más expresivo y más injusto.

Según un estudio de Credit Suisse los integrantes de este club del 1% poseen un millón o más de euros y la mayoría se ubican en Estados Unidos, China, por supuesto, el Reino Unido y otros países europeos y asiáticos. En España hay censados 360.000 millonarios, una cifra que, aunque con altibajos, ha aumentado y hace realidad lo que siempre se dijo por parte de algunos economistas: que de la recesión los ricos saldrían más ricos y los pobres más pobres.

En España, y es un dato en el que coinciden muchos informes al respecto, existe un 29, 2% de la población en riesgo de pobreza y exclusión social, lo que en cuanto a cantidad significa nada menos que trece millones largos de personas. Las políticas del Gobierno del PP han llevado a un debilitamiento extremo de las clases menos favorecidas, a lo que ha contribuido el enorme índice de paro que sigue siendo uno de los mayores del continente europeo.

Pero no solo los sectores más modestos, porque la clase media ha sido igualmente la fácil víctima propiciatoria de un Gobierno que ha hecho recaer cínicamente, a través de incumplimientos y engaños sin fin, todo el peso de la crisis sobre las espaldas de la inmensa mayoría de los españoles mientras rescataba al sector bancario y apoyaba subrepticiamente a otros sectores poderosos y sostenía los muchos privilegios de una clase política que destacaba por su incompetencia y corrupción.

Las clases medias, que son el sostén de cualquier economía nacional, han sido duramente castigadas. Están pasando factura al PP en todas las elecciones y ello va ser más notable el 20 de diciembre cuando el PP puede encontrarse con el finiquito. Se considera clase media, atendiendo a Credit Suisse, a aquella que dispone de un patrimonio de entre 50.000 y 500.000 euros, una horquilla muy ancha en la que se incluye la clase media-alta, la media-media y la media-baja, que ha sido la más sacrificada.

Pues bien, con estos datos resulta que Rajoy cifra su campaña electoral, según estimaciones de su propio partido, en pregonar la recuperación económica, la salida de la crisis y un futuro próspero, algo que no se creen ni ellos pero que intentan, desesperadamente, que lo crean los demás. Van dados.