Si todo el mundo consideraría un auténtico milagro que el PP consiguiese mantenerse otros cuatro años, o los que fuesen, como el partido del Gobierno, y aun lo será si logra sostenerse con el bastón de Ciudadanos al lado o controlando el cotarro, igual de milagroso hay que considerar ahora el hecho de la resurrección del PSOE, al que Zapatero había dejado en estado comatoso. Si Rajoy obtuvo tan histórica como desaprovechada mayoría absoluta fue gracias al voto de castigo a los socialistas.

Es difícil de entender, pese al derrumbe del PP y a la desunión de la otra izquierda, la más radical, que los de Pedro Sánchez estén ahora en las encuestas por encima de los emergentes Ciudadano y Podemos, uno para arriba y otro para abajo. Incluso ya son varios los sondeos que le dan como ganador, con escasa diferencia sobre los conservadores y sobre los centristas, más o menos, de Rivera, pero con mayor número de votos lo que pudiera llevar a Sánchez, con el apoyo de Ciudadanos, que algunos tienen ya por realidad, a ser el próximo inquilino de La Moncloa.

Pero habrá que verlo para creerlo, porque tal auge, por muchos razonamientos que se le busquen y encuentren, tendrá que confirmarse en las urnas el 20-D, con el centro llevándose votos por un lado y la izquierda-izquierda por el otro. No se le irán tantos votantes como al PP, es claro, pero se le irán, porque además se da la circunstancia de que Pedro Sánchez sigue sin convencer a muchos electores afines o solo pragmáticos pero que ven en el aspirante a presidente del país la larga sombra de Zapatero, y en todo caso un político de incierto relieve y perfil poco definido.

Ciertamente, parece haber ido dando palos de ciego en busca de un lugar que no se sabe si ha encontrado. Ofrece la impresión de estar asomándose constantemente a la ventana para ver hacia dónde sopla el viento y encaminar sus pasos en esa dirección. El hecho es que cuando el PSOE apenas contaba, aunque tenga una gran masa detrás todavía, ha pasado a ser el favorito, lo que conduce al mantenimiento real, de una u otra forma, y con Ciudadanos por medio, de un bipartidismo que se resiste como gato panza arriba a renunciar a tantos años de poder, privilegios, abusos y corrupción.

Ya se ha dicho y coreado y escrito que PSOE y PP la misma? cosa es. Ahí está ahora el tal Tudanca, continuador actual de la fracasada saga de líderes socialistas regionales, saliendo a defender el Consejo Consultivo que Ciudadanos, haciéndose eco del sentir general, quiere hacer desaparecer. Pero, claro, como de la mamandurria en cuestión viven políticos amortizados o desgastados o enchufados del PP y del PSOE, los socialistas salen diciendo que nones, alabando la profesionalidad e independencia del ente así como su papel decisivo en la comunidad, dice el tal Tudanca. De que cuesta más de dos millones al año, ni palabra. Lo más sensato ha sido la propuesta de Ciudadanos en Zamora, sede del cementerio de elefantes, que exige la desaparición del Consultivo y que en el edificio se instale el Museo de Semana Santa. Si los zamoranos, incluso votantes de PP y PSOE, fuesen consultados, el resultado sería abrumador.