Los desnudos en las revistas "ad hoc" no son lo que eran. No venden lo que vendían y, además, los gustos de los nuevos lectores están cambiando. Hace unos años, en España, ciertas revistas se conseguían poco menos que de extranjis. Lo realmente verde empezaba en los Pirineos y las colas en la frontera para ver "El último tango" en París, "Historia de O" o "Emmanuel" fueron históricas. Hasta que un buen día a una cantante se le escapó un pecho mientras bailaba, a una actriz porno llamada Susana Estrada se le ocurrió lucir "smoking" sin camisa mostrando sus atributos femeninos y lo demás llegó por añadidura. "Interviú" en su apogeo y María José Cantudo desnudándose en "La trastienda". Ni que decir tiene que Playboy estaba cotizadísimo.

Estaba, en tiempo pasado. Hoy los desnudos femeninos de cuché ya no ponen como ponían al género masculino en número plural. Hasta tal punto es así que "Playboy" ha renunciado a una de sus señas de identidad, al icono que hizo mundialmente famosa a la revista estadounidense: las mujeres sin ropa o lo que es igual, las mujeres desnudas o lo suficientemente ligeras de topa como para no tener que adivinar absolutamente nada. La revista de Hugh Hefner considera que eso del desnudo femenino es una idea obsoleta en la era en la que cualquiera puede encontrar imágenes similares e incluso de más alto voltaje en Internet.

El vídeo no mató a la estrella de la radio como quedó ampliamente demostrado, a pesar de la machacona insistencia de aquella canción de Buggles que dio la vuelta al mundo. Sin embargo las redes sociales sí que están dando ligeramente al traste con todas las estrellas habituales. Aunque donde esté el periódico nuestro de cada día en formato papel, la tele bien hecha y la buena radio, que se quiten las redes por razones que sería prolijo enumerar.

Esta iniciativa de la mítica revista forma parte de la estrategia de renovación, adaptación a las redes sociales y rediseño de la publicación que culminará el próximo marzo, cuando aparezca el primer número sin desnudos. Eso no quiere decir que "Playboy" renuncia a imágenes eróticas y provocativas. Pero ya no serán el fuerte. Ya no serán el atractivo primero y último. La revista será más limpia y moderna, se adaptará a los nuevos tiempos y tratará de atraer a nuevos y más jóvenes lectores que demandan otro tipo de publicación. Las nuevas generaciones tienen a su alcance lo que otras ni en sueños hubieran podido imaginar. Para eso estaba la revista que nació en 1953 y revolucionó el sector informativo y erótico.

No es que su popularidad haya decrecido, pero su director, con buen criterio y mejor ojo, ha creído, con permiso de Hefner, que debe evolucionar. Seguirá contando con el atractivo de una "playmate" del mes, pero la carne al desnudo dejará de ser el fuerte de una revista pionera que con los años llegó a vender 5,6 millones de ejemplares, aunque hoy esa cifra ronda los 800.000. Los gustos están cambiando. Las redes ganan, lo que pierde una revista icónica del desnudo. Las redes no perdonan y tienen la inmediatez que le faltan a este tipo de publicaciones. Qué le vamos a hacer.