Al fin, y tras muchos, muchos años de clausura, restauración, pleitos, e incluso con las obras de la parte trasera del edificio sin terminar, se van a abrir las puertas del teatro Ramos Carrión. Y se van a abrir como centro de congresos de Zamora. Un acierto, al que se ha llegado de manera obligada después de que la crisis hiciese suspender el proyecto de ubicar el palacio de congresos y exposiciones en la Universidad Laboral, un lejano disparate que las circunstancias han enmendado a tiempo. Ya se sabe que los políticos solo aciertan cuando rectifican. En pleno casco histórico y artístico de la ciudad, a unos pasos del Parador de Turismo, Zamora se convierte ahora con el Ramos Carrión en un lugar idóneo para citas y celebraciones semejantes, y que pese a la competencia existente tendrá una gran aceptación, como lo demuestra el hecho de que hasta fin de año hay programadas cuatro reuniones de otros tantos colectivos además del Congreso de Mujeres Rurales que va a servir de acto inaugural.

Con el centro de congresos y antes con la feria de muestra de La Aldehuela, cumple Zamora dos requisitos básicos para sentar plaza en la tan densa y diversa oferta turística nacional. Todo lo demás era apostar a no ganar. Aumentan las posibilidades en un sector tan atomizado y competitivo, al menos. Vender la celebración de Las Edades del Hombre el año próximo en Toro, como ya hacen burdamente algunos políticos en plena precampaña electoral, y referirse a ello como el año de las luces para la provincia, el año del despegue económico, social, laboral y etcétera, gracias igualmente al AVE con que nos regala el PP, es engañar y tratar de desvirtuar la realidad. Será lógicamente 2016 un año con un notable desarrollo del turismo y por tanto de los intereses zamoranos, gracias a la exposición de Las Edades, y sí, también al paso del AVE. Pero acabará el evento y acabará también buena parte de lo que se daba y basta con echar la vista atrás, cuando la capital fue sede de la exposición de arte sacro, para recordarlo.

En la feria de muestras y en el centro de congresos, sin plazo de caducidad, se asientan dos eficaces pilares de cara al desarrollo sostenido de la ciudad. La feria, Ifeza, empezó con grandes ínfulas pero ha ido algo a menos aunque este fin de semana abre sus puertas a Ecocultura, una muestra original y con éxito en sus ediciones anteriores. Hay que reconocer la buena labor de la Diputación, con Maíllo en la presidencia, dando vida a la institución y poniéndola en funcionamiento. Su trabajo en este sentido ha sido eficaz y muy positivo. Ahora, lo mismo: se trata de aprovechar a tope el Ramos Carrión, y cabe preguntar si la gestión directa correrá a cargo de algún político o se encargará a gestores profesionales capaces de extraer en principio todas las posibilidades del centro. Que el primer congreso sea un acto más o menos oficialista, con presencia de autoridades nacionales y regionales, no debe servir para señalar un camino único y limitado. El hecho de que algunos de los actos previstos hasta fin de año vayan a reunir a otros colectivos muy diversos parece indicar que la politización quedará al margen y que el teatro será un escenario en el que todos tendrán cabida. Bienvenidos los congresos y congresistas.