Es muy duro este momento que estás pasando, querida amiga. La muerte inesperada de Primitivo, tu esposo, ha llenado de crespones negros tu vida.

Yo sé que no vale dar consejos cuando el alma está herida y es grande tu sufrimiento, pero no puedes seguir así. Eres creyente y Dios te ayudará.

Recuerda siempre su bondad y el gran amor que te dio. Dejó también muchos amigos que hoy lloramos su partida.

Olvida, querida amiga, un poquito la tristeza que te invade y piensa que no estás sola. Mira de frente a la vida, así lo querría él. Tu familia, tus hijos y tus nietas te ayudarán a recuperar a la mujer fuerte que has sido siempre, porque en la vida hay momentos en que solos ante Dios nuestros propios sentimientos han de dar un sí o un no. Y qué verdad aquello de "algo se muere en el alma cuando un amigo se va".

Mi recuerdo para Primitivo, gran amigo, y para ti mi cariño.

Isabel Salazar (Zamora)