Vaya, vaya. Al fin, tras décadas de amagos, de voy pero no voy, de quiero pero no me atrevo, la Junta de Castilla y León se ha decidido a desvelar su propuesta de fusión de ayuntamientos. Lo llaman de otra forma, claro, porque liar es más importante para ellos que informar. Pero el objetivo es ese: fusionar en unos pocos ayuntamientos grandes los muchísimos ayuntamientos pequeños que tenemos en la Comunidad. En el caso de Zamora, quedarían veinte en toda la provincia, aunque ellos, como buenos humoristas, en vez de ayuntamientos dicen que son UBOST: Unidades Básicas de Ordenación y Servicios del Territorio. ¡Qué salaos!

Vaya por delante que la administración municipal de la provincia necesita una buena revisión desde hace tiempo. Tenía sentido en la sociedad en la que nació: rural, con gente que vivía de la tierra y apenas se movía del lugar de nacimiento, etc. Sin embargo, la sociedad de hoy ha dado un cambio radical. Predomina lo urbano, las distancias geográficas se han reducido y la movilidad está generalizada. Parece lógico por tanto que la organización municipal se deba ir acompasando a esos cambios de civilización. De hecho, debería de haberlo hecho hace tiempo y poco a poco. Por desgracia, nos gobierna un partido que piensa en términos electorales y no de país, de región o de provincia. De ahí que se hayan dejado deteriorar hasta un punto inadmisible los ayuntamientos, sin medios, sin capacidad y abandonados a sus suerte en la mayor parte de los casos. Ni te digo si además se trata de ayuntamientos que no tengan alcalde del PP. Solo el talento y dedicación de algunos alcaldes casi heroicos ha permitido a algunos poquísimos municipios sobrevivir en esas condiciones.

Pero dicho la anterior y reconociendo la necesidad de reorganizar a fondo la red de ayuntamientos de Zamora, a uno le entran escalofríos al pensar que esa reforma la haga un partido como el PP. Para empezar, requiere una capacidad de diálogo con los pueblos que jamás se ha advertido en sus dirigentes. Una reforma de tal calado no se puede imponer sin más, nunca funcionará. Los de la Junta tratan de esquivar esa evidencia diciendo que todo será "voluntario" y que solo se integrarán en los mega-ayuntamientos los pueblos que lo deseen. Una de dos. O mienten, y lo de voluntario será aparente, pero en realidad se forzará a los pueblos a la fusión. O dicen la verdad y la reforma jamás se traducirá en nada concreto. Sin hablar antes con la gente, sin dedicar horas y más horas a charlar con los alcaldes, con los vecinos; a exponer con datos las ventajas que puede traerles la reforma, ¿por qué diablos va querer ningún pueblo perder su ayuntamiento, para depender del de un vecino? ¿En qué cabeza cabe?

Por otro lado, la credibilidad del PP en asuntos semejantes no se puede decir que sea muy alta. ¿De pronto se han vuelto responsables, anteponen lo racional sobre lo electoral y están dispuestos a asumir el desgaste que implica la propuesta? Nos dirán, supongo, que con menos ayuntamientos más potentes ahorraremos dinero, habrá más eficacia y la gente vivirá mejor. Lo mismo decían, no sé si se acuerdan, cuando las cajas. Las pequeñas no eran eficientes, no podían sobrevivir y lo mejor era fusionarlas para que nos prestasen un mejor servicio. Vayan, vayan ahora por cualquier oficina de la antigua Caja de Zamora. ¡Qué servicio! Y menuda estafa. ¿Un ayuntamiento grande que englobe diez o quince de los actuales será más eficaz, mejor para todos los vecinos? Pues como todo dependerá de cómo se organice. Yo personalmente no me fío un pelo del PP y por nada del mundo querría que mi pueblo pasase a depender de otro vecino. No puedo quitarme de la cabeza la corrupción rampante que hay en el país y que tiene no poco arraigo incluso en minúsculos ayuntamientos. ¿Se imaginan la bicoca que puede ser fundir cientos de ayuntamientos en unas decenas, con mucho más dinero disponible y la capacidad de hacer contrataciones más "competitivas"? ¡Uf!

Lo pequeños es bello. Lo repetí muchas veces cuando la fiebre de la fusiones de las destruidas y saqueadas cajas. Es falso que lo grande sea siempre mejor, más eficaz. Tenemos ayuntamientos demasiado pequeños, sí. Pero ese no es su mayor problema ni tampoco el más urgente. Lo que urge es que funcionen con honradez, que sean apoyados desde instituciones limpias y que estén al servicio estricto del vecindario. Todo lo cual es obstaculizado cuando no impedido por esas redes caciquiles que con tanta maestría tejen desde hace décadas la Junta y la Diputación. Esa doble "tenaza" del PP hace mil veces más daño a la provincia que la dispersión municipal. ¿Qué tal si empiezan por ahí y dejan la reordenación de ayuntamientos para gente más capaz, honesta, dialogante y generosa?

(*) Secretario general

de Podemos Zamora