Todos sabemos que el turismo es un gran motor en la generación de riqueza y empleo, es un sector dinámico, con una gran capacidad de empuje de otros sectores productivos y de negocios como la hostelería, el comercio y los transportes. También somos conscientes del enorme potencial turístico que tiene Zamora, la riqueza monumental y artística que esconde esta ciudad, llamada "la ciudad del románico", su Semana Santa, sus fiestas, museos, y cómo no, extender este potencial a su gastronomía y sus gentes.

Sin embargo, en Zamora el turismo no termina de suponer un impulso para la economía local, lo cual lo reflejan los datos del Informe de Caja España-Duero del pasado año, datos a nivel provincial, que nos sirven como referencia ante la ausencia de datos municipales, y que indican que Zamora es una de las dos provincias de la región donde desciende el número de pernoctaciones. Si a estos datos, le unimos la tasa de paro para el mismo año, situada en un 26,3 %, nos encontramos ante una situación complicada, que demuestra el fracaso de las políticas turísticas llevadas a cabo hasta ahora y la inexistencia de una verdadera proyección turística en la capital.

A la ausencia de datos turísticos a nivel municipal, también hay que añadir otro problema, como es la descoordinación que supone tener tres oficinas de turismo en la ciudad, lo cual dificulta enormemente llevar a cabo una evolución real del número de visitantes. Cuestiones básicas, por las que hay que empezar a trabajar para elaborar una estrategia definida.

Y es que ya son muchas las oportunidades que hemos perdido y ya va siendo hora de quitarnos la venda de los ojos; Zamora necesita de su turismo para dinamizar su economía y crear empleo, y para ello debemos sumar esfuerzos y remar todos en la misma dirección. Porque los grandes logros, son fruto de un esfuerzo colectivo.

Estos esfuerzos se necesitan ahora más que nunca, tras conocer la gran oportunidad que supone para nuestra ciudad, la reciente designación de Las Edades del Hombre en Toro para el próximo año. Una exposición, que en su última edición en Aranda de Duero, ha superado los 300.000 visitantes, aumentando en un 20% las pernoctaciones. Creo que estos datos son más que relevantes para comenzar a establecer todas las colaboraciones posibles entre Zamora y Toro, apostar por iniciativas comunes, elaborando una hoja de ruta sin esperar ni un minuto más. Y no hay que olvidar otra de las oportunidades clave, la llegada del AVE a nuestra ciudad, que se convertirá en realidad para finales de este año. Poco tiempo tenemos hasta entonces para crear una verdadera estrategia, si esperamos impasibles.

Es un hecho, que Zamora y Toro se complementan y se necesitan para avanzar de la mano en este camino. Elaboremos entonces, mecanismos y herramientas para que los turistas se lleven el mejor de los recuerdos de esta tierra, y a la vez, la economía de ambos pueda prosperar. Impliquemos todos, a todos los niveles, ante esta oportunidad única para Zamora y aprendamos a hacer turismo, convirtiendo esta ocasión, en el principio de una auténtica planificación turística y en el camino hacia el empleo en nuestra ciudad.