F amilia que gobierna unida, familia que vive, disfruta y permanece unida. Eso ha debido decirse la alcaldesa de Madrid quien, haciendo gala de un nepotismo solo conocido hasta ahora en los dos grandes partidos, ha vuelto a utilizar el índice colocador. Por designación directa y sin pasar por la Junta de Gobierno, no hay que olvidar que las normas, las formas, las ordenanzas, los códigos, los estatutos y la ley están para saltárselas, ha nombrado a un tal Luis Maestre subdirector de atención al contribuyente de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento de Madrid. Un cargo que, por cierto, Ana Botella suprimió en 2012 y Manuela Carmena ha vuelto a poner en funcionamiento.

Prometió la señora Carmena que acabaría con el paro en Madrid. Nada dijo sobre que los primeros en ser tocados por la gracia de un gran trabajo fuertemente remunerado serían los suyos y los de los suyos. Tras el episodio del "sobrinísimo" en Ifema, Carmena ha hecho de la concejal Rita Maestre la mujer más feliz del mundo al colocar a su papá en puesto de tanta relevancia. Los de Ahora Madrid lo tiene nítido, diáfano: la familia es lo primero, y lo están bordando. Y lo hacen sin apurarse, sonriendo, a cara descubierta, sin que les tiemble la mano y haciendo de su capa un sayo. ¡Y qué sayo!

Yo creí, tonta de mí, que esas cosas eran propias del PP, es decir, de la derecha patria y del PSOE, es decir, de la izquierda patria. Estaba equivocada. Algo debe tener el poder cuando se "nepotiza", si se me permite la palabra. Primero yo y los míos, y luego si hay tiempo y oportunidades ya nos ocuparemos de los demás. Todo lo que esta gente ha venido echando en cara al PP, e incluso al Psoe, se lo están aplicando a ellos mismos y lo hacen sin pudor alguno, sin cortarse un pelo y como diciendo aquello de "ande yo caliente, ríase la gente". Se ve que se están preparando para el invierno. Si ya lo dejó escrito en verso para la posteridad don Luis de Góngora y Argote: "Ándeme yo caliente y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno. Y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente. Y ríase la gente".

Solo que en el caso de la alcaldesa de Madrid, del gobierno de la ciudad también trata ella, aunque muy por encima, porque donde suele decir digo acaba diciendo Diego, mientras en verdad gobiernan sus días todo lo que Góngora expresa, más los viajes al extranjero, no se sabe en función de qué, o las vacaciones millonarias en lugares frecuentados por millonarios, cosa que no encaja mucho en la doctrina que predica el grupo al que pertenece.