El informe de los técnicos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPES) sobre el mercado de trabajo en Zamora, que acaba de hacerse público, pone el dedo en la llaga sobre la situación de la economía provincial. La descoordinación entre administraciones lastra la actividad laboral y económica, esta es una de las conclusiones generales del estudio que advierte, además, de la necesidad de acometer un cambio en la organización de las empresas, que se mueven siguiendo un sistema "aún muy tradicional, anclado en el pasado". Y fija la necesidad de modificar la oferta turística ante la inminente entrada en servicio del AVE que supondrá un "acercamiento" a Madrid.

Esta descoordinación se hace evidente en la canalización de incentivos que no cumplen su objetivo porque se dispersan en distintas líneas. Las administraciones local, autonómica, estatal y europea fijan sus programas de apoyo de forma individualizada, lo que en provincias como Zamora, con un tejido industrial muy débil que necesita "centrar intereses", hace que se diluyan sin sacar el rendimiento adecuado a las ayudas. Sería necesario, entonces, planes más amplios y generales con un marco de actuación concreto y definido.

SEPES considera imprescindible un cambio en las empresas, que deben dejar a un lado los vicios adquiridos, y acometer un proceso de modernización con el fin de aumentar su capacidad de venta en el mercado nacional e internacional. El informe considera que el producto que se elabora en la provincia "es de calidad, pero es escaso y por tanto poco competitivo", lo que hace que Zamora no aproveche esta circunstancia de manera tan eficiente como están haciendo otras provincias a través de la exportación.

No ayuda a la actividad económica provincial la "excesiva burocratización del sistema financiero", queja permanente del empresariado, que lastra la obtención de una liquidez adecuada para acometer la necesaria modernización de estructuras. Tampoco el envejecimiento de la población, muy alto, así como la despoblación y la marcha de los jóvenes, "que se van porque el mercado laboral provincial es incapaz de asumirlos".

Respecto a la despoblación, el informe de los técnicos del Servicio Público de Empleo Estatal coincide con el que hizo público en julio el Consejo Económico y Social (CES), que advertía que a pesar de que determinados indicadores económicos, sobre todo los que se refieren al mercado de trabajo, están mejorando, la recuperación se está viendo frenada porque la provincia no es capaz de parar la sangría poblacional que sufre desde hace décadas.

El turismo se presenta como un sector con posibilidades de crecimiento, pero siempre que se adapte a las nuevas exigencias. SEPES pide un cambio en el modelo, imprescindible para aprovechar la puesta en marcha del AVE. No vale ya solo el turismo de paso, es necesario fidelizar a los clientes con la puesta en marcha de nuevas actividades o impulsar las que tienen más posibilidades de crecimiento como el enoturismo o las que buscan impulsar otros productos emblemáticos como el queso o el lechazo.

La puesta en servicio del AVE "acorta" la distancia con Madrid y, por tanto, hay que diseñar nuevas ofertas como el turismo de congresos, el de naturaleza o el que tiene como base el patrimonio artístico y cultural. También hay que explotar otras opciones de temporada como las playas fluviales o las zonas de baño en los embalses.

Las nuevas ofertas no deben hacerse de forma individual. En este sentido, la Diputación ya ha expresado su intención de canalizar la coordinación institucional a través del Patronato de Turismo para aprovechar el potencial de la llegada del AVE a Zamora. La institución provincial también se ha mostrado receptiva ante la propuesta realizada por la Cámara de Comercio para poner en marcha un Plan de Internacionalización de las empresas de la provincia en 2016.

El informe de SEPES resalta de forma especial las oportunidades que ofrece el sector agroalimentario, aunque advierte que la agricultura y la ganadería tienen una dependencia "enorme" de las ayudas de la PAC. En Zamora más del 45% de la renta agraria procede de las subvenciones comunitarias. En el lado positivo, destaca el reforzamiento de las cooperativas agropecuarias y la potenciación de las denominaciones de origen y marcas de garantía, lo que hace que mejore la calidad de los productos y como consecuencia se incremente la comercialización en el exterior.

La economía provincial, por tanto, presenta debilidades estructurales pero también ofrece posibilidades que se van a hacer más visibles con la llegada del AVE, una circunstancia que es imprescindible aprovechar, lo mismo que reforzar la industria agroalimentaria, el subsector con más potencial de crecimiento y de cuyo desarrollo depende también la agricultura y ganadería.