A última hora, pero quizás no demasiado tarde, desembarca en la campaña catalana Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo y exministro de Felipe González. Lo hace con un libro de título combativo que resume su posición, "Las cuentas y los cuentos de la independencia" de Cataluña, según Mas y Jonqueras. Analiza críticamente los argumentos políticos y económicos de los dos principales promotores del proceso y lo hace con la mirada puesta en las tendencias separatistas en Europa y la crisis del euro. El libro sigue a un artículo suyo de impacto "¿Dónde están los 16.000 millones?" que es la cifra sobre la que se basa la reclamación independentista del eslogan de éxito "España nos roba". Quiere resolver una carencia fundamental que Borrell resume así: "Mientras es muy fácil entusiasmar con la independencia en todas partes, los "integracionistas" a escala europea o los "unionistas" en países con tendencias separatistas como España, Reino Unido, o Bélgica, no tenemos un relato movilizador". O sea, alivio discreto por el triunfo del "no" en Escocia comparado con la explosión de júbilo de haber ganado el "sí". O en Cataluña, la actividad frenética y entusiasta de los partidarios de la independencia alentada por los medios de comunicación públicos, y con apoyo de la agresividad acosadora de su infantería en redes sociales, frente al silencio o la incomodidad expresada en voz baja de los que creen que es posible sentirse catalanes y españoles a la vez.

Cita Borrell a Jean Charest, ex primer ministro de Quebec, para el que "los referéndums pueden dar respuestas pero también dividen, bloquean, crean tensiones y dejan heridas". Así está ahora mismo la sociedad catalana: con una fractura interna por este proceso, que percibo personalmente, en familias, grupos de amigos, universidades y centros de trabajo, incluidos los funcionarios. La campaña es un mal trago en el que se sienten nervios a flor de piel porque Mas y Jonqueras plantearon estas elecciones tensionadas como si fueran un referéndum. Lo dice el título de su candidatura "Junts per el Si" contra el resto del mundo, donde también hay independentistas como las CUP, otros manifiestamente "unionistas" y muchos ciudadanos con el corazón partido. Pero nadie hasta ahora había presentado un trabajo clarificador, documentado, respetuoso con los adversarios pero de combate limpio, como el que trae Borrell, economista e ingeniero aeronáutico, y otro coautor, Joan Llorach, también ingeniero. Dato muy importante éste: dos ingenieros catalanes en polémica racional frente a mucho historiador como Jonqueras, literatos políticos en abundancia y un economista como Mas llamado a pasar a la historia.

Las televisiones y las radios deberían programar debates cara a cara entre Borrell y Jonqueras, o Mas, ahora mismo. No lo harán, por supuesto. Borrell en parte lo entiende -"yo no soy candidato a gobernar"- pero podrían enviarle a algún representante de sus posiciones, como Raúl Romeva, o Jordi Sánchez de la ANC, y estaríamos ante un episodio clarificador de suma importancia.

El libro de Borrell y Llorach, aunque llega muy tarde, animará sin duda una campaña con candidatos casi disuasorios de la participación, con perdón. Los socialistas hubieran podido esforzarse en buscar un efecto Ángel Gabilondo, como hicieron en Madrid; los de Iniciativa-Podemos tenían en su filas a personajes mas cautivadores que Lluis Rabell, un honrado activista vecinal sin más, y quizás Albert Rivera, ante el desafío que plantea el independentismo, hubiera podido quedarse a dar esta batalla y se le entendería dos meses después que fuera candidato a Moncloa. Por eso destaca el popular Albiol, capaz de decirle a Mas cosas que otros candidatos no se atreven. Y atención a Ramón Espadaler, el candidato de Unió, que fue consejero de Interior, poco conocido pero que puede obtener un resultado significativo. Su jefe de filas, Duran Lleida se presenta como vía de dialogo con el Gobierno de Madrid frente a la huida hacia adelante de Mas. El "seny", o sentido común catalán, quiere sobrevivir con Espadaler, acompañado en su candidatura de personajes de la sociedad civil como la emprendedora tecnológica Marta Planas.

Si la gente vota -la participación es la clave del resultado- será porque llega a comprender que es un asunto importante y no porque los candidatos sean atractivos. Y en ese proceso, la irrupción de Borrell en la campaña puede tener efectos movilizadores como en Escocia los tuvo la decisiva participación al final del ex primer ministro laborista Gordon Brown.