En 2001 la capital y provincia se beneficiaron de hasta 510.000 visitantes gracias a una muestra que arrastra un turismo fiel y de calidad, que aprovecha el viaje para pasar unos días en Zamora y disfrutar del resto de atractivos que tiene la provincia. Se ha hecho justicia con Toro. Con Zamora. La que tanto se ha reclamado en los últimos años, podríamos decir incluso décadas.

Y no es baladí si tenemos en cuenta que los recientes datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan un descenso importante tanto en el número de viajeros (un millar menos que en 2012), como en pernoctaciones (1.500 a la baja). Ahora toca arrimar el hombro y rentabilizar esta designación.

A pesar de la proximidad de las elecciones generales los partidos políticos deben olvidarse de las siglas y trabajar en beneficio de esta oportunidad, de justicia. No se trata de un reconocimiento para Toro, sino para toda la provincia. Si el PP hizo a tiempo sus deberes en el anterior mandato, al Ayuntamiento toresano gobernado por el PSOE, a la Diputación popular que dirige Mayte Martín Pozo, a los empresarios y a los agentes sociales les corresponde ahora trabajar unidos. Lo contrario sería un fraude a la ciudadanía, a todos los zamoranos. A favor de la recién nombrada presidenta de la Diputación de Zamora, destacar sus declaraciones: "Las Edades del Hombre no es un premio para Toro, sino para toda la provincia". Y así ha de ser.

Las previsiones apuntan un incremento solo en el sector de servicios superior al 5%. Una cifra que aprovechará sin lugar a duda el enoturismo, una producción en alza que tiene en Toro uno de sus puntos de referencia. Ahora es cuando hay que tirar del carro. Los empresarios de la provincia, muchos pesimistas en exceso, tienen la oportunidad de demostrar que sus productos son de primera calidad y llevarlos al escenario que, quince años después, vuelve a ofrecer a la provincia la Fundación de Las Edades del Hombre.

Por delante queda un reto clave: preparar a Toro para el importante evento. Contra los agoreros, hay un año para mejorar en limpieza e instalaciones. A 30 kilómetros (quince minutos en coche) está la capital con establecimientos hosteleros para acoger a los miles de visitantes, con el siempre espectacular paisaje sanabrés al alcance de la mano, y con Madrid a 1 hora 25 minutos en AVE. Las infraestructuras conseguidas con tesón y reivindicaciones esperan. Así que a trabajar.

De entrada ya está el monumento más visitado de toda la provincia, por encima incluso de la Catedral de Zamora: La Colegiata de Toro. Santa María la Mayor es una joya para los amantes del arte. Construida, todo apunta, sobre un antiguo templo prerrománico de la misma advocación bajo el reinado de Fernando II de León, atesora su portada septentrional, una de las más decoradas del románico zamorano, así como el cimborrio que levanta sobre su crucero. La portada oeste, conocida como la Puerta de la Majestad, es la joya de La Colegiata y el monumento más reproducido de la provincia, formada por diferentes arquivoltas decoradas con ornamentación vegetal religiosa. Sublime. Y de ello darán buena cuenta los miles de visitantes que el próximo año llegarán a Zamora atraídos por Las Edades del Hombre.

La Fundación reconoce en su fallo la "riqueza histórica y patrimonial" de Toro para "albergar el proyecto cultural y turístico de mayor repercusión nacional e internacional de la comunidad". La Colegiata de Santa María La Mayor dará continuidad a las veinte ediciones de la exposición, que este año se ha sumado a la conmemoración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús con sus sedes en Ávila y Alba de Tormes.

Que Toro sea la próxima sede de Las Edades del Hombre es la prueba de que el esfuerzo colectivo siempre tiene su fruto. En medio unas elecciones, pero sobre todo un trabajo en común. Cuando se trata de beneficiar a Zamora no puede haber siglas. Para el empujón definitivo quedan tres meses hasta las generales. Y Las Edades del Hombre no debe ser objeto de disputa partidista. Zamora no se lo merece. A trabajar, hombro con hombro. Los electores se lo agradecerán. Y Zamora también.