Estimo que a todo político que se precie hay que pedirle varias cuestiones fundamentales: honradez, seriedad, coherencia y cumplimiento de sus promesas electorales. No me parecen cuestiones baladíes. La honradez ha venido cotizando a la baja y hay que devolverla al puesto número uno que nunca debió abandonar. Bien es verdad que no se puede extender la sombra de la duda a toda la res política. La seriedad debe ir implícita. Y la coherencia y el cumplimiento de las promesas electorales son primordiales, sobre todo si el puesto que se ocupa es importante, es decisivo, es de mando.

No sé a santo de qué tanta polvareda en torno al acto a celebrar en el salón de plenos de la Casa Consistorial, con motivo de la festividad de la Concha, patrona de Zamora y su Ayuntamiento, ante la negativa del alcalde a presidir el acto que allí solía celebrarse y que se ha resuelto por ambas partes. Entiendo que Guarido ha sido coherente con sus ideas y con su forma de ser. Paco Guarido no es creyente y ya avisa, con tiempo, de que tampoco estará presente en el juramento del Silencio. Deja la vía libre a que sea un representante del Psoe o del PP quien lo realice. A mí no me parece mal. Esperar otra cosa sería lo absurdo.

Tan malo no es el alcalde comunista cuando para el Congreso de Nuestra Madre el Ayuntamiento que preside ha concedido a la cofradía doce mil euros de vellón. Para no ser creyente ha sido medianamente generoso. Porque en Zamora son muchas las necesidades que no pasan desapercibidas ni a los políticos, aunque miren para otro lado, ni a los ciudadanos que las padecen. Y, al parecer, esas son las prioridades que se ha marcado el primer edil. Cuando no cumpla o haga algo incoherente, poco serio y deshonroso, habrá que atizarle en la moral. Mientras tanto....

Hombre, yo no sé si como se dice, rumorea y comenta, el óbolo para el Congreso de Nuestra Madre ha estado condicionado por la visita regia. Porque, se dice, rumorea y comenta que en el Parador de Turismo hay dos habitaciones reservadas desde hace algún tiempo para personajes de extrema importancia que bien se puede intuir quiénes son. O sea, cuando hay que apoquinar se apoquina, sin andar enredando y dando guerra.

Que la ayuda del Ayuntamiento es nimia con respecto a la de la Diputación o la Caja Rural que está en todo lo que concierne a Zamora y los zamoranos, bien cierto es. Pero es que, ¿alguien esperaba otra cosa? Vamos a tomarnos, hasta donde se pueda y se deba, las cosas con naturalidad, es decir, como vienen, siempre que vengan bien. Porque cuando un político mete la pata, da igual que sea de izquierdas que de derechas, hay que decírselo para neutralizar a la corte de aduladores que suelen acompañar a esta gente que se deja llevar por lo que dicen sus consejeros áulicos, a veces tan errados ellos.

No critiquemos ahora lo que siempre hemos pedido a los políticos de Zamora: coherencia. Y si además hay seriedad, honradez y cumplimiento de las promesas electorales, de perlas, oiga.