Se esperaba con interés y expectación en el ámbito político la encuesta de julio del oficialista Centro de Investigaciones Sociológicas, el CIS, porque la misma incluía en esta ocasión la estimación de votos de los partidos de cara a las elecciones generales y ello por primera vez tras las municipales y autonómicas de mayo pasado. Pero, como cabía esperar, ninguna sorpresa especial en relación con los últimos datos conocidos, pues el CIS sigue dando como ganador al PP, que se despega del PSOE, y a cierta distancia ya a Podemos y Ciudadanos, lo que significa coincidencia plena con otras consultas habituales. Las tendencias se mantienen sin mayorías absolutas, con populares y socialistas al alza, el atenuado pero continuado descenso de la formación de Pablo Iglesias, y la caída de Ciudadanos.

Será una encuesta cocinada, como acusan algunos, pero refleja de nuevo que el bipartidismo no se rinde, aunque tenga que compartir, sin duda, el poder que siempre ha gozado en solitario. El PP estaría ahora mismo a tres puntos de distancia del PSOE, con un 28,2% y un 24,9% respectivamente por delante de Podemos que andaría por el 15% y los de Rivera con el 11% en estimación de voto, que no es lo mismo que intención de voto directo en el cual ganarían los socialistas. Lo de la estimación es una especie de resumen de posicionamiento, y lo del voto directo la pronunciación por un partido o un candidato. Sánchez sigue estando bastante más valorado que Rajoy.

Pese a ello, el ascenso del PP, que puede ir a más, parece demostrar que su campaña del miedo quizá esta vez no pinche en hueso, pues ciertamente no es lo mismo votar a un alcalde que votar a un partido para regir los destinos del país. Han contado los conservadores, además, con la gran campaña a favor que les ha supuesto lo de Syriza, Tsipras y el corralito de Grecia, cuyas imágenes perviven aun en la retina de mucha gente. Manejan, por otra parte, los recursos del Estado, como el caso de los presupuestos generales, y eso es siempre una importante baza a favor de quienes detentan el poder y sus privilegios. Que será el partido más votado, hace mucho tiempo que es prácticamente seguro, pero ello no supone que Rajoy pueda seguir gobernando, y en el mejor de los casos para hacerlo tendrá que pactar con quienes pueda.

Porque lo que se apunta y constata una vez más en esta nueva consulta del CIS, es que ni siquiera con el apoyo de Ciudadanos obtendría el PP representación suficiente para dejar a Rajoy en la Moncloa. E incluso puede que tampoco consiguiese la mayoría el PSOE en comandita con Podemos, la pareja de baile preferida en el sondeo. Si a unos y otros les faltasen escaños, ahí podrían entrar en juego las pequeñas representaciones nacionalistas: PNV, UDC?, aparte de IU que estaría al lado de Sánchez e Iglesias y que algo aportaría. Un galimatías que pudiera llevar a un Gobierno tripartito, lo que no se puede descartar. La alternativa sería el gran pacto PP-PSOE, que no se producirá pues Sánchez, en ese caso, no sería presidente, cargo al que accedería con Podemos, IU, o quien más fuese. Encerrados con un solo juguete, y con las elecciones catalanas a la vuelta, todo son especulaciones.