Las últimas elecciones generales fueron el 20 de noviembre de 2011. Las ganó el PP por goleada, como recordarán. Apenas quedaba un mes para acabar el año, pero no había Presupuestos del Estado. Al anterior Gobierno, de Zapatero, no le dio tiempo a elaborarlos. Y si le hubiera dado, imaginen el griterío que hubiera armado el crispante PP:

-¡Ese indocumentado quiere dejarnos atados de pies y manos! ¡Los presupuestos son responsabilidad el Gobierno entrante!

Etc. Se esperaba que ante esa situación el Gobierno entrante se pusiera a trabajar a destajo para aprobar cuanto antes los Presupuestos y echar a andar. ¿Y qué hizo el flamante Gobierno de Rajoy? Nada. Ponerse a silbar. Enredar durante todo un trimestre, negándose a elaborar, o al menos mostrar y aprobar, las cuentas públicas. Tenía, naturalmente, un poderosísima razón: faltaban tres meses para las elecciones andaluzas. En ellas, el PP se las prometía muy felices y veía a Javier Arenas convertido, al fin, en presidente de esa autonomía. Para ello, eso sí, convenía que los andaluces no se enterasen antes de los brutales recortes que el Gobierno se disponía a hacer. Y por eso, pese a la urgencia, el país vio retrasados los Presupuestos del Estado durante un trimestre. Importaba más el interés del partido que el del país.

Cuatro después estamos en la situación opuesta. Al Gobierno se le acaba el mandato, pero no está dispuesto a irse como el anterior, dejando que quienes ganen las próximas elecciones hagan las cuentas a su gusto o al gusto de sus electores. Ahora lo "patriótico" para estos patriotas de partido (que no de país) es dejar hechos, aprobados, amarrados los Presupuestos Generales del Estado. Aunque para ello tengan que estirar la legislatura hasta casi un mes más de los cuatro años, al borde ya de la ilegalidad. Aunque -cosa nunca vista- tengan que habilitar sesiones especiales de trabajo en el Congreso, que este mes siempre ha estado cerrado por vacaciones. Aunque todos sepamos que lo más probable es que no revaliden mandato -al menos en solitario- y que por tanto serán otros los que deban apechugar con las cuentas que están elaborando?

¿Qué pasa con el PP? ¿Se ha hecho al fin patriota y antepone los intereses del país a los suyos particulares de partido? Ríanse conmigo un poco. No van la cosas por ahí. Nunca han ido desde que existe esa organización que fundara Fraga y refundara Aznar. Se trata de dejar atado y bien atado al Gobierno que salga de las próximas elecciones, no vaya a ser que pierdan "los abnegados mayordomos" de los grandes señores del dinero; no vaya a ser, mecachis, que ganen esos "populistas" que en vez de hacer caso a los bancos hacen caso a la gente de abajo; y que en vez de rescatar a los multimillonarios que se trizan en una mala inversión, quieren rescatar a los que no tienen ni pan ni techo ni trabajo. El propósito del Gobierno de Rajoy es demostrar que puede haber vida después de la muerte; o sea, que pueden seguir gobernando aunque pierdan las elecciones. Durante el primer año, habrá que tirar como se pueda con sus interesadas cuentas. Y para el segundo, habrán preparado tal grado de crispación, tensión y griterío institucional, que empezará a hablarse de adelanto electoral, por lo que se exigirá al nuevo Gobierno que sea "responsable" y elabore Presupuestos teniendo en cuenta ese factor o mejor, que no los elabore, que prorrogue los existentes, dado que no se sabe cuánto durará la "crispada" legislatura.

Ese es el escenario. Con un factor suplementario: el PP quiere también dejar aprobados los Presupuestos para que no "cante" mucho la necesidad de enviarlos, cuanto estén elaborados, a Bruselas, para recibir el preceptivo visto bueno antes de su aprobación. El rescate bancario nos ha convertido en "protectorado" de la UE. No tenemos independencia ni para aprobar las propias cuentas. Tremenda herencia la que va a dejar Rajoy. En tal contexto, ponernos a ver qué dicen de Zamora o de la Comunidad esos números no deja de ser un pasatiempo: son cuentas ficticias, sin ton ni son, electoralismo del peor. El Gobierno que tengamos en 2016 tendrá que hacer abstracción de ellas, hasta donde se pueda; ponerse tapones en los oídos para no escuchar el griterío de los perdedores y gobernar para la legión de estafados por esta falsa crisis. O sea, si ganan los "buenos" de verdad; los "populistas", que dirán los del PP. Feliz Navidad: ya me entienden.

(*) Secretario general de Podemos Zamora