Hace pocos días he recibido de una amiga y luchadora por el proceso de paz en Colombia una invitación especial para asistir a las fiestas de su ciudad, La Feria de las Flores. Este festejo se celebra cada año en la primera semana de agosto en Medellín, la segunda ciudad colombiana en población, cerca de cuatro millones de habitantes, superada solamente por la capital, Santafé de Bogotá. Medellín, llamada también La Capital de la Montaña, se encuentra en medio de la cordillera de los Andes, que en Colombia se divide en tres grandes cadenas, en la cordillera central al noroccidente de Colombia, se encuentra el departamento de Antioquia y su capital Medellín.

Las montañas que enmarcan el paisaje, históricamente han sido grandes retos para las comunicaciones, hoy en día vemos carreteras que suben serpenteando las laderas dejando atrás paisajes y desfiladeros generalmente cultivados en café, en esas laderas que hacen imposible cualquier tipo de maquinaria agrícola, se produce ese café suave y aromático cultivado con el esfuerzo humano, recordemos que ese campesino colombiano es uno de los actores de la violencia que azota el país y uno de los más perjudicados.

Medellín está en un profundo valle, allí habitaban los indígenas aburraes con su cacique Nutibara, se inició primero como sitio de paso y de comercio, su fundación por los colonizadores españoles fue tardía, de trazado barroco el cual definía los solares con cuadrículas perfectas, dividiendo la ciudad en calles (de oriente a occidente) y carreras (de norte a sur); se pobló rápidamente ligada a la minería, el comercio y más tarde, grandes industrias. Hoy en día es una bulliciosa urbe, llena de altos edificios que crecen entre poblados bosques que te deja una sensación de verdura y naturaleza conviviendo con sus edificaciones, porque la naturaleza es exuberante, hay un microclima extraordinario de temperaturas entre 18° y 28° todo el año, lo que la hace La Ciudad de la Eterna Primavera, con sus lluvias que se suceden a períodos de verano y da lugar a ese clima tropical medio estable y como no podía ser de otra manera, es la capital de la flores y ellas serán las protagonistas de sus fiestas tradicionales. El evento central de la Feria de la Flores es el "desfile de silleteros", las silletas eran transportes primitivos formados por una armazón de madera con un asiento, en ellas los nativos llevaban en sus espaldas un pasajero, así pudieron los colonizadores adentrase en las montañas donde no había aún caminos para los caballos y mulas de carga; más tarde esas silletas fueron usadas por los campesinos que transportaban los productos de sus huertas para venderlos en la ciudad, hoy en día se llenan de flores artísticamente arregladas y son memoria viva de esas tradiciones. Una silleta monumental puede llevar cerca de los 100 kilos de flores y cada una es una obra de arte, los silleteros y sus familias las preparan días antes y uno de ellos las luce en el desfile, pueden verse más de cien, de varias categorías y tamaños, porque también hay niños silleteros, es un espectáculo muy hermoso que reúne tradiciones y acerca a los campesinos a la ciudad y viceversa. Otro evento central es la exposición de pájaros y flores, donde se dan citas floristas de todo el mundo, destacándose una de las más importantes exposiciones de orquídeas del mundo; también hay cabalgatas, desfiles de coches antiguos, festivales de moda y bailes y tablados.

En este país de flores y café suave y aromático, de gente amable y feliz, merece también que florezca la ansiada paz, la gran conquista del presente, así la alegría, ese gran derecho de cada ser humano, no podrá ser arrancar más de los corazones de este pueblo. Por eso quisiera hacer un llamamiento a los negociadores que empiecen a dejar sus historias personales y se centren en lograr qué quiere y necesita el pueblo colombiano vivir en paz.