En el Concilio de Éfeso, que se celebró en el año 431, se proclamó la maternidad divina de María. Entonces, el papa Sixto III erigió en Roma una basílica sobre el monte Esquilino dedicada a la santa Madre de Dios. La dedicación de esta importante iglesia se celebra como memoria litúrgica en todo el mundo el 5 de agosto. Por otro lado, recibe también el nombre de santa María de las Nieves porque el sitio donde debía construirse quedó señalado de modo milagroso con una fuerte nevada en pleno verano. Es la iglesia más antigua dedicada en Occidente a la Virgen María y uno de los templos más visitados de Roma y de todo el mundo católico. Desde 1647 esta basílica está especialmente vinculada con la monarquía española, y Juan Carlos I ha sido su protocanónigo honorario.