Varios Premio Nobel de Economía y afamados académicos y expertos de las finanzas internacionales (Krugman, Stiglitz, Piketti, Galbraith?) llevan afirmando desde hace tiempo que las medidas ofertadas por la Troika para Grecia -y en general para los países europeos endeudados- superan el estándar de siempre -austeridad, reformas drásticas, bajada de pensiones, más impuestos, salvajes privatizaciones, un calvario sinfín-. Esto supone, dicen los eruditos, que la voluntad y el objetivo final de la Comisión Europea no es aliviar la economía griega sino acabar con el Gobierno de Syriza. "Es una oferta que Tsipras no puede aceptar porque destruiría su razón política de existir", sostiene el Nobel Krugman que aventura que el propósito del Eurogrupo es dejar al primer ministro fuera del Gobierno. Los duros de la UE y la Troika quieren ganar sin presentarse a elecciones y aún perdiendo el referéndum. Es así el poder económico.

Los griegos no podrán soportar las costas de este nuevo rescate y sus consecuencias de recortes bestiales: "Más austeridad es un callejón sin salida; tras cinco años de austeridad Grecia está peor que nunca", afirma Stiglitz. Les han amenazado con la salida del euro, cerrando bancos y cajeros "con prolongados corralitos" para doblegar su voluntad. Estarán pagando esos tres rescates más de 50 años a un precio altísimo, inaguantable. Claro, a algunas grandes fortunas y empresarios griegos les irá bien o regular, pero al ciudadano llano no llegará nunca el bienestar. Los griegos de clase media y baja sufrirán por el aumento considerable de la pobreza entre ellos. Con este tercer rescate, el apetito voraz de los acreedores va a destrozar Grecia, y antes a Tsipras.

Los tecnócratas de la Troika, tan listillos ellos, no han respetado nada de lo que sabíamos sobre macroeconomía y se han equivocado en todo lo que han hecho. "Es hora de poner fin a esto. Es imposible que Grecia cumpla las condiciones de este tercer rescate, sin una gran quita", afirman desde el FMI.

Lo que se le viene encima a Grecia es una venganza de la UE contra Tsipras y su partido Syriza, particularmente. Muchos países de la UE quieren arrojarlos del euro. Especialmente Schäuble, el jefe de finanzas alemán, lo decía casi a gritos "que ser vayan del euro". Y así, en las negociaciones les han apretado demasiado los tornillos y las medidas impuestas son leoninas y abusivas, casi obligándoles a salirse voluntariamente del euro. Con ese rescate Grecia deja de ser un país independiente económica y socialmente.

España, con el Gobierno pepero de Rajoy, no se ha portado bien con Grecia. En el PP se alegraban de que las cuestiones con el Eurogrupo no le fueran beneficiosas a Tsipras. En esa comparación, que tanto le gusta a Mariano Rajoy, de Syriza con Podemos se regocijan los populares de que el líder podemita, Pablo Iglesias, arrastre el estigma de ser amigo del fracasado Tsipras y de los desesperados y arruinados griegos en su lucha con la Troika.

Por eso Grecia, dicen, no votó al ministro español Luis de Guindos para presidir la importante Comisión del Eurogrupo, y le dio el voto al socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem. De Guindos perdió por 10 votos contra 9.

Tanto cacarear Rajoy de que somos importantes en Europa, y al final siempre andamos mendigando, sumisos, prebendas y privilegios que luego no nos conceden.

Y, una vez más, desde la Comisión Europea y del FMI le vuelven a recordar a nuestro presidente que se necesitan más reformas y que cuidadito con la deuda pública que sigue subiendo y la tenemos cerca de los 1.100 millones de euros, un 99% de nuestro PIB, tanto como Grecia o más. O sea, advertencia seria a Rajoy y Montoro, pues parece que han encontrado un tesoro en los sótanos de la Moncloa, y empiezan a darnos, a troche y moche, limosnas con la rebaja ridícula del IRPF y otras medidas populistas, rácanas. Pero que no arreglan lo fundamental: el insoportable paro, la pobreza extrema, la Sanidad, Educación y Servicios Sociales.

Siguen los signos de pobreza y de pacata recuperación económica en España, con las desastrosas políticas del PP, a pesar de que Rajoy ha cambiado el logo y ha nombrado nuevos voceros, vicesecretarios: Pablo Casado, Andrea Levy, Javier Maroto y Martínez Maíllo. Uno de estos, Maroto, afirma falsamente compungido que le duele mucho, muchísimo, la pobreza (de otros) en España, pero poco hizo en su ciudad, Vitoria, siendo alcalde y en su partido para arreglarla.

Entre tanto dinero que quiere repartirnos Rajoy para las elecciones -adelantando los Reyes Magos y papá Noel-, ¿habrá un poquito, por ejemplo, para el I+D+i? No sé si saben esos nuevos jóvenes voceros peperos, los datos están ahí en la UE, que somos el hazmerreír de Europa en inversión de Investigación e Innovación, con un presupuesto mínimo, ridículo.

Con estas trampas verbales y fiscales, muy populistas, Rajoy pretende engatusarnos para que le votemos en las generales. Ni locos, Mariano; ya os conocemos bien y sabemos de qué van vuestras banales promesas, luego no cumplidas ni en el 10%. Os tenemos muy calados, populares de la gaviota azul, o del sobre postal.

Ángel Lozano Heras

Profesor y Escritor (Zamora)