Hace tiempo que las Eléctricas patrias nos están haciendo la vida energética imposible mientras el ministro Soria asiste impasible a la agonía que supone hacer frente al recibo de la luz, sobre todo para las familias económicamente débiles y aun para las familias que no lo son tanto. En el verano porque las insufribles olas de calor enganchan al ventilador y al aire acondicionado que catapultan la factura hacia arriba. Y en invierno porque cuando el frío arrecía y no hay quien aguante hay que calentarse como sea antes que sucumbir. Total, que se ponga como se ponga el ciudadano español, las Eléctricas ganan siempre, los consumidores pierden, yo diría que también siempre.

La Agencia Internacional de la Energía, organismo encargado de coordinar las políticas energéticas de los países que componen la OCDE, se ha apresurado a pedirle a España que abarate la factura eléctrica "limpiando" la tarifa de costes ajenos al suministro. No hay más que coger un recibo de la luz, de los que por ejemplo nos "suministra" Iberdrola (en casa de toda la vida, como en el anuncio aquel) para comprobar la cantidad de costes ajenos que nos endosa la susodicha compañía.

No gastamos tanta energía a tenor de lo que reza el recibo, lo que encarece notablemente el papelito en cuestión son los impuestos y demás costes ajenos que, una vez sumados, nos dan una idea de lo mal hechas que están algunas cosas en esta España nuestra. La AIE se ha cabreado exigiendo una reforma de la tarifa de la luz, en un intento claro de abaratar el precio final de la electricidad. Ya que como consecuencia de los altos niveles de los costes del sistema eléctrico, los usuarios finales de la luz en España están pagando uno de los recibos más altos entre los miembros de esta Agencia europea. Tenemos los sueldos más bajos y los recibos de casi todo, fundamentalmente de la luz, más altos. Tanto, que en muchos hogares se autoimponen las restricciones.

Lo jorobado es la falta de sensibilidad demostrada una y mil veces por el ministro del ramo que no parece darse por aludido de las quejas propias y de las ajenas que constantemente le llegan. Nos tiene en un sinvivir en cada cambio de estación y cada nuevo año. Todos los años se estrenan con una subida detrás de otra de la tarifa de la luz. Y ya estamos hasta el moño de que nos pongan todo por las nubes. Por cierto, una de las propuestas que desliza la AIE pasa por realizar cambios en el modelo de financiación de las energías renovables, una de las mayores partidas cargadas al recibo con un coste próximo a los 6.700 millones de euros.

A qué esperan para "limpiar" el recibo de tan oneroso coste ajeno y de paso darle una vuelta de tuerca a esos impuestos tan subiditos de tono que nos traen por la calle de la amargura. Parece mentira que, precisamente España, tenga uno de los recibos más caros, por no decir el que más, de todos los países adscritos a la Agencia Internacional de la Energía. Y Soria sin perder la puñetera sonrisa con la que nos obsequia en cada comparecencia.