Fin de semana, el pasado, optimista para el Gobierno que frena un poco su tembleque. Por un lado la encuesta de un diario afín de toda la vida que publica una encuesta según la cual el PP ha recuperado ya un millón de votos desde el 24-M, lo cual le permitiría repuntar y con el apoyo de Ciudadanos, que doblaría de aquí a las elecciones generales sus menguadas expectativas, seguir en el poder, que es de lo que se trata; pero no solo eso sino que según el sorprendente sondeo Podemos baja notablemente en intención de voto, lo que haría insuficiente su coalición con el PSOE? a no ser que en la entente entrasen los nacionalismos radicales? que son todos. Y por otro lado están las seguras presunciones y anuncios de que la EPA, la encuesta de población activa, del segundo trimestre del año ofrecerá excelentes resultados en cuanto a la creación de empleo y la consiguiente reducción del paro.

De históricos calificó en principio, aunque luego los rebajase a buenos y muy buenos, estos resultados que se esperan y que el Gobierno ya conoce, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, una andaluza, onubense por más señas, desconocida políticamente hasta que Rajoy la introdujo en el Ejecutivo con objeto de hacer realidad una nueva reforma laboral. Que no satisfizo a nadie, y menos que nadie a los trabajadores, al abaratarse el despido, pero que según Yáñez ha sido altamente productiva pues ha frenado el desempleo y ha servido para una recuperación que a su entender se hará evidente con los datos que se obtengan a finales de año, justo antes de las elecciones. Descenso notable del paro, según confirmará la EPA, aunque se siga con no menos de cuatro millones de personas sin trabajo y se continúe siendo el segundo país de Europa, detrás de Grecia, con mayor índice de paro.

Una vez más, en lo que no quiso entrar apenas la ministra, lo mismo que se hace siempre desde el Gobierno, es en la calidad de ese empleo que se está creando. Se pregona la cantidad, el número, pero no las condiciones, lo cual hace que los resultados de ahora mismo por positivos que sean puedan ser cuestionados a muy corto plazo dada su carencia de solidez. De acuerdo con los informes sindicales el 90 por ciento de estos empleos son en precario, con retribuciones muy bajas, y temporales y a tiempo parcial. Pero todos cuentan y van al mismo saco. La realidad, como le ocurre siempre al PP, va por otra parte. Para Fátima Yáñez lo importante es tener trabajo, aunque sea de 800 euros al mes que parece que es actualmente el salario más habitual. La eterna filosofía del "mejor es algo que nada". Lo importante es sumar, añade la ministra, pero claro unos suman mucho más que otros, por ejemplo: los políticos. Y de esos sueldos no tienen culpa las empresas que bastante hacen con sobrevivir muchas de ellas, asfixiadas a impuestos, y que aun se sacrifican por crear puestos de trabajo dentro de sus posibilidades.

Se puede comprender que todo valga para tratar de mantenerse en el poder, pero en la calle la impresión que se tiene es que ya no engañan a nadie salvo a los votos cautivos por clientelismo o ideología, pese a lo que digan las encuestas afines o los resultados de la EPA.