El partido se está perdiendo claramente, el tiempo se acaba, y el PP -valga el símil futbolístico- se lanza al ataque furiosamente, desesperadamente, con balones a la olla, intentando el gol salvador aunque sea de penalti injusto y en el último momento. Todo vale. Se intentan cambiar las reglas del juego con una reforma de la ley electoral para que gobierne el partido más votado, un ataque directo a la ética y la democracia, pero como ello no va ser posible ni aunque tengan todavía la mayoría en el Congreso, se agudiza una estrategia burda de acoso a quienes les han quitado en las urnas ayuntamientos y comunidades. Se ve que el fracaso del 24-M, con sus mensajes del miedo a la izquierda y del PP o el caos, no les ha enseñado nada a sus dirigentes y ahí siguen incidiendo en los mismos errores camino del desastre pese a la mano echada este fin de semana por la encuesta de un medio incondicionalmente afín que pronostica que Rajoy seguirá en La Moncloa, con el apoyo de Ciudadanos.

La idea básica es reunir las pifias, como ellos dicen, que puedan detectar en los nuevos equipos de gobierno surgidos de los pactos municipales y autonómicos. Todo se aprovecha si se expande. Que si esto, que si lo otro. La alcaldesa de Madrid, la exjuez Carmena, que ha hecho morder el polvo a la altiva condesa Aguirre en las pasadas elecciones, harta ya de la campaña, ha puesto en funcionamiento una original web en la que se desmienten y aclaran los bulos públicos o publicados. Contra lo que han reaccionado PP, PSOE y corporativamente el mundo de la información. Como si el Ayuntamiento no tuviese derecho a usar la ley de rectificación por cuenta propia. Luego se ha sabido que oficinas similares tienen la Comisión Europea y el presidente Obama, algo que al menos ha acallado en parte las surrealistas protestas. Y algo que van a tener que hacer todas las instituciones gestionadas por coaliciones poselectorales de izquierda en legítima defensa. Eso, y sacar a la luz lo que se encuentren bajo las alfombras, a base de auditorías exhaustivas. En Zamora se va a hacer y no solo en el Ayuntamiento de la capital sino en otros municipios antes gobernados por el PP, caso de Benavente o de Morales. La oposición va a aguantar la avalancha y va a contraatacar, una táctica siempre peligrosa para el adversario.

Encima, no es el único frente, pues Podemos sigue pisando firme, pese a esa singular y poco creíble encuesta del fin de semana, y más tras lo de Grecia, donde al eurogrupo no le ha quedado otra que tragar ruedas de molino. La moneda única sigue perdiendo fuerza y ya está casi en paridad con el dólar, un dato muy expresivo. Y eso que, por su parte, las bolsas han reaccionado bien. El acuerdo para el nuevo rescate del país heleno le costará a España 10.000 millones, pero si los griegos hubiesen abandonado la eurozona el costo sería de 26.000 millones. Aun así, PSOE e IU han recordado a Rajoy en el Congreso que también se arrastra la deuda de la intervención europea para salvar a la banca en 2012 y que ya lleva costados 40.000 millones de euros a los españoles. Un caso de Robin Hood a la inversa, dijo el portavoz de la coalición izquierdista, restando dinero a los pobres para dárselo a los ricos.