El aforismo griego "Conócete a ti mismo" estaba inscrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos, según Pausanias. Era una invitación a profundizar en el propio conocimiento, luces y sombras, saber quién se es para poder hacer mejor la vida. Nosotros podíamos decir, Zamora, que te conozcamos para divulgarte, quererte, amarte, sentirnos orgullos de ti y comprometidos contigo.

Recuerdo haber visitado el año pasado una región al norte de Italia llamada Tirol. Allí son oficiales tres idiomas: alemán, italiano y retorromano o ladino. Me sorprendió que su sistema educativo contemplara la enseñanza en todos los niveles con colegios diferenciados por idiomas. Mi pregunta, ya que en España se siguen otros modelos lingüísticos, ¿por qué? se me indicó que lo primero y más importante en la escuela es que los estudiantes, todos y según su grupo idiomático, adquiriesen una cultura de identidad con sus raíces. Que conozcan no solo la lengua, sino sus costumbres, literatura, geografía, historia, arte. Que adquieran una identidad cultural de lo propio, fuerte, segura, clara, positiva. Desde esa plataforma es más fácil y mejor pasar a conocer otros modelos de culturas.

Este hecho me ha llevado a pensar en lo olvidado hasta institucionalmente que nosotros tenemos lo propio. ¿Quién habla de identidad zamorana, no digamos ya sanabresa, alistana, sayaguesa de Tierra del Vino o del Pan? ¿Qué hacemos institucionalmente por poner en valor formativo lo nuestro? ¿Nuestros escritores, artistas, pintores, científicos, profesionales, cooperativas, ganaderos, labradores, ebanistas, herreros? Existe en Sayago una encomiable asociación que está trabajando mucho, gratuitamente y bien por dar a conocer la obra de un poeta de Formariz, Justo Alejo, con ocasión de su nacimiento hace 80 años. Es una acción gratuita, no se espera gracias de nadie. Reinvindicamos lo nuestro, a uno de nuestro pueblo, pobre, desvalido, que hace un camino de estudio, trabajo, austeridad, compromiso al andar, con su mochila al hombro, venciendo dificultades de todo tipo, de nacimiento, de entorno, se hace a sí mismo. Se han recopilado sus escritos, publicados en dos volúmenes, el primero de 512 páginas y de 548 el segundo. Su título "Poesías".

Ahora se pretende organizar actos específicos. La asociación Alaciar (término sayagués que quiere decir más o menos dar señales a otro lejano con la mano) prepara algunos actos. Dos ilustres e ilustrados de Almeida, José Luis Barrigós y Juan Antonio Panero, gastan tiempo, energías y su dinero en promocionar su memoria por el bien que puede originar su conocimiento. Se han recorrido los colegios de la comarca, los centros culturales y ayuntamientos para que su obra esté en las bibliotecas, se lea y estudie, se valore su pensamiento, su creación y compromiso con estas tierras. Pero ¿qué ayudas o satisfacciones reciben, salvo el gozo de dar a conocer lo propio? Zamora, despierta, pon en el candelero a tus hijos, podría ser su grito. Colabora para que además de encinas, ovejas, vacas, vinos se te conozca y valore por tus mujeres y hombres que han pensado y puesto en obras su saber y compromiso. Que se te estudie como entidad cultural. Y que no han sido pocos, ni de poca importancia. También en este campo valdría el grito de profeta. Y tú, Zamora, no eres la más pequeña o insignificante entre las provincias de España. Que no pasen tiempos baldíos hasta que se sepa quiénes eran León Felipe, Claudio Rodríguez, Agustín García Calvo, ahora Justo Alejo de Formariz. Pueden ser arquitectos, médicos, profesores, jueces, albañiles, ganaderos, labradores y un largo etcétera. Que nuestra cultura identitaria de Zamora no quede en recuperar viejas piedras del románico, sino también en conocer tus mujeres y hombres ejemplos de laboriosidad, entrega, creación y compromiso con su tierra, no pocas veces ausentes de los grandes libros, bibliotecas, encuentros científicos y casi siempre olvidados por los propios. No nos lamentemos con envidia de que otras comunidades saben quiénes son. Demos a conocer lo nuestro y a los nuestros.