Aunque Rajoy afirma que agotará la legislatura, o sea, hasta noviembre, en su partido hay muchas voces, tapadas y no, que le piden que adelante las elecciones. Esperanza Aguirre se destaca de todos ellos diciéndole que convocarlas ya es muy conveniente para el país. Pero, qué país ¿el suyo, el del IBEX 35, el del PP-AP, o el de la FAES? El caso es que con el expresidente Aznar, Aguirre y los barones, se han sumado muchas críticas contra Rajoy para que regenere drásticamente la formación de la gaviota azul y recupere a sus votantes más antiguos, más conservadores.

Adelantar las elecciones generales para que coincidan con las autonómicas catalanas a final de setiembre, tiene su intríngulis, bastante positivo, para los populares. Si sigue, como ya está en marcha, un planteamiento de ataque mediático -prensa escrita y digital, radio, televisión y publicidad- para amordazar a las izquierdas, fundamentalmente a Podemos, tiene sentido realizarlas en poco tiempo, justamente en setiembre. Ya convocan ruedas de prensa, tertulias, documentales, en las que se olvida o maltrata a los partidarios de Pablo Iglesias. Por ejemplo, se han visto en la Sexta TV, en Telecinco, en 13 TV y en otras televisiones y prensa, duros ataques a Podemos y a sus grupos afines. Se los está tildando continuamente de izquierdistas, radicales, extremistas, chavistas, violentos, etc. Y no se cortan en los insultos, y el tejemaneje está muy bien orquestado por la derecha neoliberal, bancos, grandes empresas y medios de comunicación dominantes.

Esta táctica pretende, que como en agosto se ve menos la televisión -la gente está de veraneo, el que pueda veranear-, y se producen programas más frescos, de entretenimiento, menos políticos, nos olvidaremos de los temas socioeconómicos y de la corrupción.

Los telespectadores y los lectores de prensa se distraen y solo ven/oyen los discursos oficiales que interesan al PP, y a veces al PSOE. Las televisiones públicas y privadas afines al Gobierno pepero nos seguirán hablando de la tan cacareada como fatua recuperación económica (éxito de Rajoy, claro); de ataques a las instituciones por parte de los ganadores de las elecciones del 24 mayo. Predican que la "chusma" de nuevos políticos podemitas y el radicalismo independista destrozará España con la separación de Cataluña y la ruina económica. Una trampa bien tramada por la derecha en su última desesperación de acogerse al poder que ha tenido estos últimos años.

Todos nosotros -y sobre todo los populares- prevemos el batacazo electoral del PP en las votaciones catalanas, y posiblemente seguirá esta línea descendente de votantes en las generales. Por eso, el núcleo duro del PP -menos Rajoy- prefiere setiembre, y para ello pone en marcha la estrategia del miedo y la idea de que sin el PP esto es el caos. Pero el cambio, la regeneración política de España, no la pueden protagonizar los mismos de siempre, porque ni lo saben hacer ni quieren hacerla realmente, pues ellos mismos son el problema.

A esto añadimos que Rajoy quiere explotar al máximo el caso de Grecia y las dificultades que Tsipras, el primer ministro griego, y su partido Syriza tienen con la deuda del FMI y los acreedores. Está claro, lo mejor en setiembre.

Mariano Rajoy podría rentabilizar mejor así el voto del miedo, sin dar tiempo a Pedro Sánchez a tomar distancias de sus pactos con Podemos. Rajoy aprovecha el referéndum griego y el fracaso de las políticas económicas de Tsipras con el Eurogrupo y con el FMI para llevar el agua a su molino político de cara a las generales. Rajoy es un inmaduro al comparar la situación griega con lo que ocurriría en España si gana Podemos, PSOE con IU y Podemos? El Eurogrupo (Rajoy incluido), la troika, quiso escarmentar a Grecia y a Tsipras para frustrar el cambio e impedirlo en España y otros países.

No se plantea Rajoy que la UE y la troika ha adoptado una posición intransigente y frívola con Atenas, y no han contemplado la desesperación y la ruina de pueblo griego.

Está claro que si las elecciones se desarrollan en setiembre, dos meses antes de lo previsto, a la izquierda española IU, Podemos, PSOE, etc., incluso a Ciudadanos no les da tiempo, en un mes y medio, a estructurar sus programas y cimentar sus equipos y listas electorales.

Para acabar este menú de posibilidades del adelanto electoral, añadimos la ley mordaza del ministro de la porra y de la cruz, que empieza ya a surgir efectos que favorecen al PP en sus primeros momentos. Una ley en que todos, menos el PP, están en contra de ella y que merma los derechos civiles de los españoles. Con este repudiado decreto entra en vigor el mayor recorte de libertades de la historia de la democracia, pero más tarde o temprano se tumbará legalmente.

El dilema del PP en las próximas elecciones es que nadie quiere pactar con ellos -incluso Ciudadanos-. Así que hagan lo que hagan, Rajoy y el PP no van a gobernar a partir de diciembre. Eso es así aunque nos bajen el IRPF engañosamente (populismo puro y duro pepero), y sigan metiendo mano a la reserva de la caja de pensiones. O anden con cambios del logo de la gaviota azul y renovando a los voceros peperos.

Además, como me dice un colega, Rajoy tiene un gran problema con los suyos y con nosotros los españoles. Tenemos en común que unos y otros le queremos votar (y botar) para que se vaya a la oposición -democráticamente-, o a su casa a registrar propiedades ajenas y propias. Lo veremos en setiembre o en noviembre.

Ángel Lozano Heras (escritor y profesor)