El Consejo Económico y Social de Castilla y León ha dado a conocer su habitual informe anual sobre el estado de la región, en el que poco más o menos, y en resumidas cuentas, la provincia de Zamora sigue como siempre. En algunos aspectos un poco mejor, puede, y en otros un poco peor, pero en conjunto mal y si no que se lo cuenten a esos casi 3.000 zamoranos ya en la diáspora que durante el pasado año tuvieron que coger las maletas en busca de un puesto de trabajo digno y suficiente.

Porque la despoblación, que el Gobierno de la comunidad se muestra incapaz de frenar, es el principal problema con que se enfrenta, de siglos, no solo Zamora sino la mayor parte de las provincias de la región. Pero es el territorio zamorano el que se lleva la palma ahora en cuanto a emigración, lo mismo que ocurre con el más que preocupante envejecimiento de la población que resta y que cuenta con el triple de mayores de 65 años que menores de 16, un dato desolador de cara al futuro cercano.

Si la estadística demográfica no puede ser peor, de creer al CES parece que, en cambio, la provincia se ha recuperado algo en cuanto al mercado laboral y empresarial. Nadie lo diría, con alrededor de un 25 por ciento de paro, pero eso es lo que se deduce de los datos manejados según los cuales se ha creado empleo neto y el número de empresas ha experimentado una ligera recuperación, aproximándose ya en ambos casos a los tiempos anteriores a la crisis. A finales del año pasado había registradas en Zamora 5.353 empresas, lo que en teoría suena positivo, aunque una cosa es la música y otra la letra.

En otros aspectos, como los referidos a la calidad de vida, resulta que estamos bien y hasta muy bien, pues dispone la provincia de 184 médicos por cada 100.000 habitantes, lo que los expertos estiman una buena tasa que, curiosamente, se repite en otros territorios de características similares, como es el caso de Soria y de Ávila que aún tienen mejores índices. No parece, sobre todo después de las últimas reformas de la Junta en política sanitaria, que los profesionales de la salud pública y los pacientes estén muy de acuerdo precisamente en cuanto al estado de la sanidad. Pero eso es lo que asegura el CES.

Y siguiendo todo igual en realidad y prácticamente lo mismo, Zamora continúa lejos de la convergencia europea, a 22 puntos de distancia de la media de la UE de los 28 países, y la cifra no es para tirar cohetes, desde luego, porque además la provincia continúa por bajo de la media española y regional. Eso sí, en cuatro años se ha ganado un punto de convergencia. Pues, qué bien. Malo, en cambio, es que el CES llame la atención acerca de que una vez acabadas las obras públicas del AVE y la autovía, Zamora pueda quedarse casi sin financiación por parte de las distintas administraciones.

Es lo que temen igualmente las llamadas fuerzas sociales de la provincia que, tradicionalmente, siguen confiando en el maná, y ahora piden ayuda a Maíllo y Valdeón, uno en Madrid y otra en Valladolid para que traigan empresas a Zamora. Incluso exigen un plan de desarrollo, olvidando lo que pasó hace ya muchos años con el tristemente famoso Plan de Choque. Total, como siempre y a esperar sentados.