No es una casualidad ni mucho menos un sueño baldío, es una realidad. La carga historia que atesoran España y Portugal obliga a estos dos países a mirarse de frente, a dar pasos en busca de un destino común. Caminar cada uno por un lado no hace más que agrandar un despropósito histórico, que nadie entiende.

La historia sigue viva y continúa marcando caminos y metas, lo triste es que sean muchas veces los de fuera los que marquen esta ruta. Iberia late con fuerza y viveza. Una prueba de esto es la gran cantidad de actividades conjuntas que se celebran continuamente a lo largo de la Raya. Nos lo demuestran todos los días pueblos como Trabazos, San Vitero, Rabanales, Alcañices? También Carbajales de Alba, plantado en un camino histórico. Estos municipios y otros muchos organizan actividades que buscan incentivar el sentimiento común entre españoles y portugueses.

La geografía nos une y también la historia. Ahora ya no hay conflictos. Parece este tiempo el mejor para dar el paso definitivo, para preguntarnos por esa separación que va contra la historia y contra el sentido común.

Es triste que tengan que ser extraños los que definan cómo somos y dónde estamos. Tenemos que reaccionar y darnos cuenta de la obligación que tenemos de dar un paso definitivo, el que una dos países que nunca debieron estar separados.

La Iberia soñada está ahí. Hay que hacerla realidad y para eso hay que empezar desde abajo, en la escuela de un lado y otro de la Raya. Hay que empujar desde abajo para conseguir lo que no han logrado las instituciones. Que sean los ciudadanos, el pueblo, quienes hagan posible lo que no han podido hacer los estados. Ese es el camino.