El Foro Empresarial Zamorano ha valorado la trayectoria de Herminio Ramos, historiador y cronista oficial de Zamora. Bonito detalle, uno más en los últimos años, que reconoce la labor del zamorano que goza actualmente de mayor prestigio con sus 90 años densos y fructíferos. Me uno emocionado a este homenaje.

Cada vez que voy a Zamora, me detengo a contemplar la escultura que se erigió a Herminio en la plaza de San Ildefonso hace seis años, muy cerca de su casa de Rúa de los Notarios. El año pasado le hice allí una fotografía con su mujer. Miles de veces ha pasado y paseado por allí Herminio en los últimos años con su indefectible cartera de cuero al hombro. La escultura parece que sale al encuentro de todos los peatones para sorprenderlos. No se podía haber elegido mejor lugar. Se ha tenido, además, el buen criterio de no levantarlo sobre un pedestal, sino situarlo a ras de suelo, como a él le ha gustado siempre estar y vivir.

No voy a descubrir de Herminio nada que ustedes no sepan: cronista, historiador e impulsor de la cultura popular zamorana. Tanto en la propia Zamora como fuera de ella. Cada vez que veo en una tienda de Madrid las cazuelas de Pereruela, evoco la imagen de Herminio, porque sé que esta difusión se debe a su compromiso con una alfarería popular que tal vez hubiera desaparecido, como tantas otras en el pasado y que él ha contado en uno de sus libros.

Voy a ofrecer algunos rasgos que me permitieron tratarlo y admirarlo. Conocí a Herminio por primera vez en 1976. Fui a verlo a su despacho de concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zamora para ofrecerle un "ABC Dominical" en el que publiqué un artículo titulado "El arte olvidado de los pueblos". Abogaba en él por la necesidad de restaurar cuanto antes la talla románica de la Virgen del Templo, patrona de Pajares de la Lampreana y de la Tierra del Pan. Me recibió y atendió con gran amabilidad y se interesó por el tema. Fue el comienzo de una restauración que se concluyó felizmente una docena de años después. Se consiguió que esta magnífica talla no acabara devorada por las termitas; luce ahora todo su esplendor en el camarín de la ermita. Asimismo, se restauraron las tablas del retablo.

Herminio presentó mi primer libro de poesía "Constante alrededor" en Zamora y redactó el prólogo de mi otro libro de poesía "Orígenes", que se brindó para presentarlo en mi pueblo de Pajares. Descubrí entonces la gran humanidad de un hombre dispuesto a apoyar sin contrapartidas cualquier acontecimiento cultural, aunque fueran los versos de un poeta incipiente.

Para mí, Herminio es sobre todo un hombre bueno, de los que habla Arturo Pérez-Reverte en su última novela, titulada precisamente "Hombres buenos". Bueno, cabal, inteligente, sencillo y afable, cualidades que no se aúnan fácilmente en una persona durante tantos años y con tanto bagaje cultural a sus espaldas, resultado de una investigación minuciosa y persistente.