Este mes de abril de 2015, acaso por eso de la niña bonita nos trae en jaque y no nos va a dejar descansar si mayo no nos ofrece algún tesoro para llegar dispuestos a asumir lo que caiga en este histórico 24M. Este domingo pasado hemos comenzado bien con la celebración, como en todo segundo domingo de Pascua, de la fiesta en la ermita del Santo Cristo de Valderrey, ese templo vinculado a las visitas del rey Sancho IV. Pero además hemos de recordar que esta ermita es con la de la Peña de Francia, la superviviente de más de una veintena que rodeaban los entornos de la ciudad y sus dos arrabales: San Lázaro y San Frontis. Además, este santuario y esta fiesta están vinculadas con La Hiniesta cuya celebración tiene una preparación que coincide en este mismo mes, el día 25, con una simpática ceremonia titulada la Rogativa de San Marcos. El domingo siguiente en la Raya, y en todo lo alto del cerro, nos espera la romería de La Luz, primera de las celebraciones de esas siete hermanas que enlazan, suman y recogen con todo el fervor de los tiempos a unos y a otros en una hermandad puramente festiva desde hace ya siglos.

Y con el día primero de mayo, ese mayo que este año nos atormenta, celebramos la riqueza de la Virgen de la Guía patrona de la margen izquierda cuya ermita desapareció con las torres del Puente de Piedra y que despedía o saludaba a los que marchaban o llegaban a la ciudad. A su lado, la Virgen de Belén, una ermita también desaparecida.

En mayo nos espera también el Cristo de Morales.

Que la serenidad y el sosiego nos ayude a meditar tranquilos y sin nervios el salto que nos espera.