Se podría hablar en líneas generales de zonas de la ciudad que se han visto afectadas con un grado de deterioro más acusado, y en las que ha influido la falta de interés por parte de la producción inmobiliaria a lo largo de estos últimos cincuenta años.

Quedarían incluidos en este capítulo barrios con sus grados peculiares de deterioro:

1.- Lo que podemos considerar como la ciudad antigua, es decir la que parte desde la plaza de Viriato hasta la Catedral, en que se percibe cómo se va acentuando su grado de decadencia a medida que se distancia del centro y de la mayor frecuencia de abandono por parte de sus moradores.

2.- Los arrabales que forman el frente de la ciudad de cara al río. Estos barrios sufren la desventaja de estar fuera de las murallas y por lo tanto de su mala comunicación con el centro.

Los barrios frente al río históricamente estaban habitados por artesanos con pequeños talleres y su actividad se hacía notar en las calles. Ahora es patente la falta de vida y el deterioro de las viviendas, que han llevado en muchos casos a su abandono. Las huertas que se situaban en la proximidad de las murallas, hoy día sin cultivar, están convertidas en basureros. Como el desarrollo de la ciudad se ha sujetado a las preferencias marcadas por el mercado, término clave de la promoción inmobiliaria, se entiende la huida de su población a sectores mejor comunicados con los sectores centrales de la ciudad. Patente es el caso de las huertas de San Pablo, donde se promovieron nuevos bloques de vivienda y equipamientos que competían con ventaja con el citado caserío. Esta transformación de las huertas en suelo edificable, en una zona en que las murallas definían el contorno visual de la ciudad, debió de haberse enmarcado en un Plan Especial que fijase debidamente su protección ambiental compatible con el aprovechamiento residencial. Y por añadidura, articular el actual espacio libre que recorta la línea de muralla con un nuevo parque lineal aprovechando los actuales espacios existentes sin uso, que se inician en la trasera del convento del Tránsito, siguen con los fondos de manzana, espacios libres que llegan a los entornos del Museo, continúan con las huertas de detrás de los de la iglesia de San Leonardo y las sucesivas huertas abandonadas hasta conectar con el vial que recorre las huertas de San Pablo.

Este parque lineal revelaría parajes de interés que la mayor parte de la población no conoce. Este parque que abre un recorrido inédito podría contener pistas para deportes y sería la pieza de transición entre las zonas altas de muralla y las calles de la trama urbana que cierra a sus pies, como es el caso del balcón situado en la plaza de Santa Eulalia. Esta actuación municipal ofrecería un atractivo pues revelaría aspectos inéditos de la ciudad y ayudaría a cambiar la valoración un tanto precaria que sufre la zona por parte de la opinión pública. Ha habido ya actuaciones meritorias que han servido de acicate para la mejora ambiental de la zona como son los establecimientos hosteleros que se instalaron en su momento. Estos también sentirían el beneficio del nuevo parque lineal.

Aun teniendo en cuenta este panorama adverso, la ciudad no puede desentenderse de asumir este panorama de abandono y decadencia de la ciudad. Si para los zamoranos sigue significando algo la vieja ciudad, y entendemos que esta sigue resistiendo la comparación con lo que significa la nueva ciudad, es el momento de ponerse a la tarea, es decir tratar de cuantificar el grado de deterioro del medio urbano, de las causas de su decadencia actual y de las medidas para paliar este proceso.

No se trata de emprender un estudio general que podría plantearse en un Plan General. Más bien se trataría de definir sectores estratégicos que podrían significar la recuperación de los signos de centralidad, que se han perdido olvidados por la desatención que han sufrido. O bien por la conversión de zonas que puedan convertirse en generadoras de nueva vida, puntos de una centralidad enfocada a reforzar las oportunidades a satisfacer dentro del propio barrio.

Ejemplo citado el de la remodelación de la manzana que se levanta frente al Puente de Piedra y que podría dar lugar a bloques de vivienda, aprovechamiento comercial y de recreo aprovechándose de la peatonalización del citado puente.