Gobierne quien gobierne no se puede predicar constantemente que queda mucho por hacer y el que esté en paro que espere más y más.

La economía, por globalizada que esté, tiene que sentar unas bases universales y solidarias.

La UE es lenta, burguesa y envejecida y nada más tenemos que mirarnos al espejo de unas elecciones europeas en el mes de mayo y seis meses después, sin prisa alguna, forman nuevo gobierno y continúa tomando determinaciones cortas y a largo plazo, en contraste con las necesidades urgentes de buena parte de los ciudadanos.

El sistema falla y su lentitud es desesperante. Dicen muchas cosas, pareciéndose a los Reyes Magos, que no cumplen ni en cantidad ni calidad.

El Estado funciona con el sistema legislativo que tengas y poco a poco se olvida de los más desfavorecidos y forma guetos, sin querer, de pobreza de la que solamente se entera cuando se lo denuncian directamente en debates políticos, económicos y sobre todo de una manera espontánea.

Tenemos en la UE un sistema tan anacrónico y olvidadizo que no nos enteramos que del resto del mundo occidental cada día nos distanciamos más y, lo que es peor, los países emergentes no tardarán en superarnos.

En una reflexión final el sistema es tan anestésico que no lo sentimos y permitimos que Alemania nos hipnotice de tal forma que al final se quedara todo en una UE "especie de abuelita" que no camina sola y la apartan y sientan donde menos estorbe.

Necesitamos un revulsivo rápido y urgente. El I+D+i y la inversión selectiva para crecer y crear empleo. Ahora es lo más prioritario. Con el sistema actual no podemos esperar nada bueno.

Lo peor puede pasar en una revolución de consecuencias incalculables.

Enrique Mayor López (Zamora)