Entusiastas, desinteresados, enamorados de todo lo que huela a ferroviario, los "amigos del ferrocarril" se reparten por todos los rincones de la geografía española. Son antiguos y nuevos ferroviarios, aficionados a los trenes, románticos de ese viejo-nuevo sistema de transporte. Reparan o rehabilitan vehículos o piezas de alto valor histórico, y utillajes o herramientas de otros tiempos. Los amigos del ferrocarril es un grupo aparte. Se comunican entre ellos, se ayudan a encontrar determinada pieza que les haga falta para poner en marcha alguna joya ferroviaria. Lo mismo se ponen en contacto con los amigos de Mataró que con los de Sevilla, pasando por los de Zamora. Lo que no sepan ellos de la historia de nuestro ferrocarril difícilmente lo encontraremos en otros. ¿Qué fue de aquella locomotora que traccionaba entre Vigo y Zamora en la posguerra? ¿Quién construyó determinada serie de los "ferrobuses"? ¿Cómo se las apañaban para hacer el mantenimiento de los trenes TAF? Cualquier duda que los aficionados a los trenes puedan tener les serán aclaradas por estos ciudadanos, que cuidan amorosamente de las innumerables piezas que han ido recopilando a través de los años.

Existen sesenta y nueve asociaciones y cuatro federaciones de "amigos del ferrocarril" en España que, sin ánimo de lucro, conservan no solo la esencia de ese sistema de transporte que, en su momento, cambió el rumbo de la sociedad y de la industria, sino también una amplia muestra de los vehículos más significativos de cada época. Muchos de ellos se conservan en sus instalaciones, y otros en siete museos repartidos por distintas autonomías -los más dotados los de Madrid y Vilanova i la Geltrú- donde pueden verse desde locomotoras de vapor, diesel o eléctricas, a dresinas utilizadas en el mantenimiento de la vía; o automotores diesel y unidades eléctricas; o coches de viajeros y coches cama; o vagones para carga de balasto y tolvas para mineral, o cisternas para líquidos, más o menos peligrosos; al igual que tranvías y "metros". Gracias al esfuerzo y al entusiasmo de esta gente ese patrimonio ha podido conservarse. Sin ellos, casi con toda seguridad, se habría perdido, si no todo sí gran parte.

Pues bien, los "amigos del ferrocarril" de Zamora han montado en al antiguo palacio de la Diputación una exposición digna de ser visitada. Porque en ella no solo se muestran piezas de indudable valor, y maquetas de puentes y estaciones de nuestra provincia, sino que también se ofrece la posibilidad de conocer, en unos pocos minutos, la historia y vicisitudes del ferrocarril en nuestra tierra. Un sistema de transporte que este año ha cumplido los ciento cincuenta años de presencia y que, si se cumplen las últimas previsiones, tiene próxima la llegada de la "alta velocidad", ese nuevo concepto de transporte que mira hacia adelante sin olvidar esos entrañables recuerdos que, en su día, fueron punta de lanza, al igual que el AVE lo es ahora, de la tecnología punta.

No será fácil que pueda repetirse en Zamora una muestra de este alcance en muchos años. Es por ello que darse una vuelta por el Palacio de la Diputación no solo hará pasar un rato de asueto y divertimento, sino que también dará la oportunidad de conocer unas pinceladas más de nuestra historia.