Otro 23 de abril que en Castilla y León se celebra el día de la Comunidad. Otro día en el que haremos desde mi partido, Unión Progreso y Democracia, declaraciones en contra de la creación de señas de identidad colectiva, basadas en interpretaciones muy particulares de hechos históricos, como fundamento de instituciones políticas, en el que criticaremos que se ponga el acento en lo que nos diferencia frente a todo lo mucho que nos une. Otro Villalar en el que mostraremos nuestra discrepancia con la efemérides escogida para tal celebración. Otro «Día de Villalar».

El principal instrumento del que dispone la Junta de Castilla y León para el «adoctrinamiento identitario» es la Fundación Villalar, la cual tiene estatutariamente por finalidad «acrecentar el sentimiento de pertenencia de los castellanos y leoneses a una comunidad autónoma con identidad propia en el marco de su Estatuto de Autonomía, el de extender por todo el territorio de la misma este sentimiento y el de fomentar, promover y realizar todo tipo de actividades encaminadas a que la localidad de Villalar de los Comuneros aparezca como depositaria de los símbolos históricos y de las tradiciones de la Comunidad de Castilla y León».

Pese a ser una fundación «privada» no hay nada más que ver de dónde viene su financiación; forma parte de lo que constituye la Administración B de la Junta pero en una variante política, ideológica y sentimental, más resistente a la crisis que otros organismos que forman parte de ella. Su carácter «privado» es exactamente de la misma naturaleza que el que tenían nuestras ya extintas (por la ruina a la que las han llevado) Cajas de Ahorro. Su patronato sería perfectamente intercambiable con cualquier Consejo de Administración de una Caja: representantes de instituciones y partidos políticos (IU incluida, como siempre que tiene a su alcance ocupar un sillón), de sindicatos mayoritarios, patronales y cámaras de comercio, de la universidad,... e incluso, qué ironía, estatutariamente tenía que tener un representante la Federación Regional de Cajas de Ahorro.

La Fundación Villalar desarrolla múltiples actividades para cumplir con su afán «evangelizador». Pondré, a modo de ejemplo, el foco en dos de ellas.

Acaban de otorgarse sus Becas de Investigación, este año es la séptima convocatoria. En 2011 no se convocaron, se reanudaron en 2012 con seis becas, continuando en 2013 y 2014 con siete, siempre con una dotación de seis mil euros cada beca. Un importe relativamente modesto pero significativo cuando se pone en relación con el hecho de que la Junta de Castilla y León en el mismo período ha efectuado un recorte de aproximadamente el 74% en I+D+i; de unos seis millones doscientos en 2011 pasó en 2014 a un millón seiscientos, quedando muchos proyectos de Universidades y Centros de Investigación Públicos abandonados sin financiación. Un ejemplo de beca seleccionada por la Fundación este mismo año es la denominada Presencia e imagen de Castilla y León en las teleseries históricas (1989-2013); lo que en principio no parece dar para mucho estudio si tenemos en cuenta nuestra relativamente corta andadura como comunidad autónoma. Pero nunca se sabe, si como veremos a continuación, la fundación otorgante contempla una vastísima perspectiva histórica; un comportamiento que se puede observar recurrentemente aplicado con idéntica sinrazón por gobiernos e instituciones nacionalistas en otros lugares de España. Para ellos parece más conveniente remitirse a un pasado de ficción que invertir en progreso para tener un futuro mejor.

La segunda actividad es la exposición itinerante que se inició a finales de 2012, «La plastihistoria en Castilla y León». Según el portal de Comunicación de la Junta está compuesta por 20 escenas que reflejan hitos históricos y hechos concretos de la historia de Castilla y León. ¿De lo que actualmente llamamos Castilla y León? Estos pasajes históricos en plastilina, magníficamente moldeados, se exponen en estos momentos en el Centro Castellano-Leonés de Cantabria (sin comentarios). Señalar para resumir que la exposición arranca con la escena titulada «La sierra de Atapuerca: Los primeros europeos» y culmina con «Las Cortes de Castilla y León en el siglo XXI».

A falta de un relato histórico coherente llegan a caer en lo grotesco: nadie, ninguna comunidad política, a día de hoy podría enterrar sus raíces, en las que poder fundamentar unos derechos como comunidad política, tan remotamente en el tiempo como Castilla y León. Pero lo peor no es lo delirante del planteamiento histórico, es que aparenta, aunque se presente como un inocente juego infantil, ser un proceso de construcción política identitaria de derechos colectivos que culminaría en las Cortes del siglo XXI. Protonacioalismo, pura política reaccionaria, frente a lo que sería el progresismo con raíces asentadas en el futuro, una radical exigencia de igualdad de los ciudadanos ante la ley. En palabras más llanas, esto es la conservación del «chiringuito» para unos pocos privilegiados con la excusa de fomentar sentimientos de identidad colectiva, frente a la exigencia democrática de la igualdad en derechos y deberes ante la ley y de la libertad en que cada ciudadano pueda por sí mismo elegir un propio perfil emocional de identidades dentro de un ámbito puramente privado.

Yo por mi parte no pasaré la festividad de Villalar exaltando valores tribales, ni exhibiendo orgullo de pertenencia, ni reivindicando supuestos agravios históricos, ni mirando hacia atrás hasta llegar a «los primeros europeos». Me temo que me tocará, entre momentos de solaz y otros quehaceres, aprovechar algún rato para ir preparando la ya muy cercana campaña electoral donde habrá que defender más y mejor democracia también en Europa, un horizonte común de ciudadanía europea con igualdad en derechos y deberes.

Me despido además de deseándoles que pasen un buen día, con la idea de Condorcet que se recoge el programa de Unión Progreso y Democracia para las elecciones europeas: «O todo el mundo tiene los mismos derechos o no los tendrá nadie».

(*) UPyD. Responsable de Acción Institucional Consejo Territorial Castilla y León