En este caso no se puede hacer oídos sordos a las necias argumentaciones del eurodiputado catalán, Ramón Tremosa, adscrito a Convergencia Democrática de Cataluña, con respecto a la idoneidad de construir dos estaciones de AVE en Zamora. Los zamoranos estamos en la obligación de no dejarnos pisar, de no dejarnos apabullar y de demostrar que estamos vivos y que somos una sociedad reivindicativa y luchadora. Y no que el silencio nos acompaña siempre, como si estuviéramos «acongojados», como si nos sintiéramos inferiores con respecto al resto de españoles, no ya de Cataluña, sino incluso de nuestra propia comunidad autónoma.

¿Quiénes se han creído que son los políticos catalanes de Convergencia? Van por la vida como si estuvieran por encima del bien y del mal, como perdonándonos a los demás, como dándonos lecciones de ética, de democracia y de parlamentarismo. Como si sobre todos ellos descansase nuestro bienestar y nuestro progreso. Pues, no señor. Eso no es así ni ha sido nunca así. Pero, quién es este señor para cuestionar la idoneidad de que Zamora capital y provincia cuente con dos estaciones del AVE. Ni que las financiaran los Convergentes o se hicieran con fondos del textil de Tarrasa. Barcelona capital y provincia puede tener las estaciones que hagan falta, Zamora no tiene la suficiente entidad. ¡Vaya por Dios!

El susodicho adscrito no solo se ha permitido plantear la pregunta de marras al Parlamento Europeo, también ha expuesto sus dudas sobre si la Comisión Europea tenía conocimiento del proyecto de las dos estaciones aludidas, si se había estudiado la rentabilidad de la inversión y si se iba a hacer con fondos europeos. Con amigos así no necesitamos enemigos. Y todo por la insaciabilidad de la Cataluña de Mas de llevárselo todo, lo de ellos y lo de los demás. Y eso sí que no. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

El Comisario Europeo de Transportes se ha encargado personalmente de contestarle, zanjando la cuestión, al valorar de forma positiva el desarrollo de la alta velocidad ferroviaria Madrid-Galicia a su paso por Zamora, indicándole estar al tanto de la construcción y asegurando que los costes de su ejecución están bastante por debajo de la media de la UE. A lo que cabe añadir, para éste y para todos los payeses de la política catalana igual que éste que la financiación del eje Mediterráneo que beneficia a Cataluña y Valencia es muy superior en coste económico al de Madrid-Galicia y las dos estaciones del Ave en Zamora capital y provincia. A los zamoranos nos hace falta un poco de picardía y bastante de amor propio y me atrevería a decir que hasta de orgullo, para ponerle las peras al cuarto a tipos como el tal Tremosa y no esperar a que el comisario de transportes de la UE desmonte las críticas del eurodiputado catalán. Salidas de pata de banco como la de Tremosa están haciendo mucho daño a España, a su credibilidad exterior y a su imagen. Ahí es donde muchos españoles esperábamos una reacción coherente del Psoe. Sin embargo siguen bajo los efectos del atracón de autocomplacencia del pasado fin de semana y hasta que digieran no están para otros menesteres. Están a tiempo de reaccionar. Por cierto, el tal Tremosa hablaba en su escrito de la localidad zamorana de Otero de Sanabria como de «un lugar más furtivo aún» que la propia Zamora. Inculto, ignaro y rústico. El único furtivismo que por aquí conocemos, es el que practican los señoritos catalanes cuando vienen a cobrarse las mejores piezas de nuestra fauna sanabresa.