Hace unos días en una comida entre amigos tuve la oportunidad de compartirla, entre otros, con el cardiólogo Valentín Fuster quien es la «auténtica marca España». Si alguien visita el Hospital Monte Sinaí de Nueva York, el personal te dice orgulloso que ahí trabaja el mejor cardiólogo del mundo, el doctor Valentín Fuster.

Estoy en contra del despilfarro económico, aunque digan que lo sufragan las multinacionales españolas (no es del todo cierto) ni con el equipo, ni con la filosofía de exportar la marca España. Quisiera recordar aquí el viejo refrán castellano-leonés, e1 cual nos dice «que el buen paño en el arca se vende».

Recientemente en una visita a Canadá, lugar al que fui para una reunión entre personas preocupadas por la situación en la que vivimos actualmente donde perdemos valores y aceptamos como nunca sueldos de miseria, pérdida de derechos civiles y sociales, por cualquier sitio que ibas te regalaban un pin de la bandera de Canadá. Esto sí que es hacer marca de país.

Nosotros deberíamos empezar a lucir con orgullo nuestro pin con el emblema de España y no dar la imagen que damos, cuando concurren un grupo de españoles a reuniones internacionales de cualquier índole, en las que algunos se niegan a expresarse en español, al no poder hablar en sus idiomas regionales al carecer de traductores, entonces optan por hablar en idiomas de otras naciones que no es la suya. Aparte de ser criticados por algunos asistentes tanto nacionales como de otros países, por la falta de respeto a su país, no hacen ningún favor a la propaganda que se quiere vender de la marca España.

Dicen los sicólogos sociales que muchas veces estas conductas reflejan un complejo de inferioridad y demuestran que están confusos y no ven claro que realmente cuando estamos fuera de nuestro territorio todos somos españoles, (lo dice el pasaporte, que los permiten viajar) sin que por eso dejen de amar su terruño.

Valentín Fuster dice que la actitud del Gobierno español de jubilar a los médicos a los 65 años sin darle la oportunidad de continuar es una «regla sin sentido», A él con 70 años le ha sido renovado su contrato en el hospital por otros cinco años, «sabré el momento en que carezca de fuerzas para desempeñar con dignidad mi trabajo», afirma. «Mi jornada laboral empieza a las cinco de la mañana, como un compromiso personal», esto es una «regla con sentido».

Tenemos que aprender a respetar y dar valor a lo nuestro, si queremos ser respetados y valorados como marca España nuestra «regla con sentido» tiene que ser aprender hacer de la diversidad que tenemos en España una sola fuerza.

(*) Presidente Liga Española Pro Derechos Humanos, Federación Internacional de Derechos Humanos-España (FIDH-España)