El pasado domingo se celebró en el frontón San Atilano de nuestra capital la final de la Copa del Rey de Pelota, auténtico acontecimiento deportivo que presidió uno de los supervivientes de este deporte, Ricardo Ferrero, concejal de nuestro Ayuntamiento. Y digo superviviente, porque nos recuerda con su afición y su dedicación las décadas de los 50, 60 y 70 del pasado siglo, en las que este deporte en nuestra provincia alcanzó niveles nacionales. En nuestra capital disponíamos de dos frontones, el mayor en la Cuesta de San Vicente y el más pequeño en la de San Antolín. En el mundo rural este deporte marcó cotas de primera categoría. Como consecuencia de esta afición se levantaron frontones y los campeonatos constituyeron auténticos valores deportivos.

Figuran en los anales de la historia de este deporte las competiciones en el nuevo y moderno frontón de Aspariegos, de la misma manera que las fiestas del Primero de Mayo en San Marcial. Sin excepción alguna a lo largo y ancho de nuestra provincia, no hay comarca alguna donde no destacaran pueblos y nombres que no hayan figurado a nivel nacional en los correspondientes campeonatos. Sirva este breve pero sentido recuerdo a todos ellos que ya figuran con letras mayúsculas en la historia de este deporte que parece olvidado en estas tierras nuestras. Pero es fácil entenderlo, cuando su principal fuente de mantenimiento humano procedía de ese mundo rural que se mantiene muy mecanizado pero profundamente disminuido en lo humano.

De aquí la categoría e importancia que tiene y mantiene nuestro concejal Ricardo Ferrero, que fiel a su afición sigue al pie del cañón, y nos ha dado la gran satisfacción de que este año la final del Campeonato haya sido en nuestro frontón y se mantenga vivo ese sentimiento deportivo hacia la pelota en sus distintas variantes, eco lejano de grandiosas campañas por toda la geografía de nuestra España.