La unión hace la fuerza. El dicho se ha venido haciendo desde la noche de los tiempos. La única manera de sobrevivir para los municipios y pueblos, aún más para los pequeños, caso de La Raya, es clara, no necesaria, sino imprescindible: mancomunarse o morir. El 26 de febrero de 1996 nacía la Mancomunidad «Tierras de Aliste» gracias a la iniciativa de alcaldes y concejales para afrontar la recogida de residuos sólidos urbanos. A punto de cumplirse diecisiete años de existencia es justo reconocer que la iniciativa ha merecido la pena, aunque solo sea, por haber conseguido frenar la sin razón y la anarquía de los vertederos incontrolados que iban camino de convertir nuestros montes y ríos, fuentes de vida para los pueblos, flora y fauna de los ecosistemas, en auténticos infiernos donde el vidrio, plásticos, latas y lubricantes se afianzaban como única alternativa a jaras, piornales y corrientes cristalinas.

Por la presidencia han pasado regidores como Tomás Carrión Carrión de Alcañices, Miguel Pérez Viguera de Samir de los Caños , Jesús Prieto Moral de Rabanales, Carlos Pérez Rodríguez de Figueruela de Arriba y ahora Javier Faúndez Domínguez de Trabazos. Alcaldes ya fuera de la política como Juan Garrido Garrido de San Vicente de la Cabeza o Francisco Mezquita Ferreras de Gallegos del Río o el siempre querido y ahora añorado Gregorio Carballés de Mahíde, fallecido recientemente. Son ellos solo un pequeño ejemplo de todos los ediles y ciudadanos que, con sus aciertos y errores, humanos somos, han hecho de Tierras de Aliste una institución ahora también con Parque de Bomberos un Plan de Empleo o el futuro Banco de Libros. El éxito y el futuro de Aliste pasa por la humildad y la sencillez, aunar esfuerzos, echar una mano al vecino cuando la necesidad aprieta para que no ahogue. Ediles y ciudadanos debemos formar un frente común para sobrevivir. No hay otra: se avecinan tiempos difíciles.