El toreo volvió el pasado día 5 a su casa: TVE, el canal de televisión que pagamos todos, también los aficionados taurinos. Desde la plaza de toros del Paseo de Zorrilla en Valladolid sonó el «cambio de tercio» para los que durante seis años hicieron desaparecer la tauromaquia de la televisión pública. No era justo que un espectáculo totalmente legal y, por mucho que pese a algunos, de amplia repercusión popular, no pudiera verse por la televisión de todos. Censura cultural ha sido el veto a las corridas en TVE. Con las retransmisiones en directo no se hace otra cosa que volver a la normalidad y hacer justicia con la historia, con nuestra cultura y con el que es el segundo espectáculo de masas en España.

En esta ocasión, los tres toreros que formaron la terna y se jugaron la vida ante una corrida de Victoriano del Río: Julián López «El Juli», José María Manzanares y Alejandro Talavante dieron ejemplo actuando sin cobrar ni un euro a TVE por los derechos de retransmisión. En esta época en la que nos quieren cobrar hasta por respirar la apuesta de estas tres figuras del toreo merece una fuerte ovación. El toreo siempre ha sido y seguirá siendo solidario.

Eran las seis en punto y una hora antes, en el paseo de Zorrilla, un buen número de zamoranos que desde pequeños hemos visto corridas de toros por televisión y que por ello no padecemos ningún tipo de secuela psíquica o física alguna, participamos de tan importante fecha; también millones de espectadores desde sus propias casas pudieron elegir en libertad sumarse a la Fiesta. Y como ha dejado escrito Antonio Lorca en «El País»: «Los cursis, malvados y pendencieros personajes de las telenovelas que la televisión pública emite en horario infantil fueron suplantados por una fiesta colorista, cuajada de luz, protagonizada por uno de los animales más bellos de la creación y héroes vestidos con llamativos trajes refulgentes».

Por ello, la afición de Zamora, provincia eminentemente taurina, hoy pone al mal tiempo buena cara. Los que acudimos a las plazas miramos con la cabeza alta hacia un futuro en el que vamos a presumir de nuestra cultura de los toros con fuerza, valiéndonos de la pantalla para mostrar la grandeza del espectáculo más democrático del mundo y el que más espectadores congrega después del fútbol, pese a quien pese.

Y tras el regreso por la «puerta grande» de los toros a RTVE, los aficionados decimos ¡Basta Ya! de intromisiones ideológicas y políticas que tanto han venido perjudicando a la Tauromaquia. En un país democrático y plural como se supone que es el nuestro, solo es cuestión de respeto, tolerancia y ejercicio de libertad.

El Gobierno central, con tan importante paso dado, debe seguir apostando y garantizando el derecho de acceso a la cultura y la libertad de elección que el día 5 de septiembre estuvo al alcance de todos, con tan solo apretar un botón.