La del aborto es cuestión que por su hondura ha dado y da lugar a intensos debates en todos los países. Teniendo en cuenta que las posiciones a veces se cruzan dentro de la clientela de las grandes opciones políticas, en España unos y otros han tendido a obviar este debate en campaña electoral, como ha pasado en la última, en la que el alcance de la posición del PP no ha estado clara. Sin embargo, puesto que la cuestión irá calentando de aquí al otoño, no sería legítimo escamotearla al votante, y el principio según el cual donde hay un conflicto difícil hay que colocar una urna debería acabar imponiéndose, como ocurre en los países democráticos más serios. En España, para no abrir la caja de Pandora (autodeterminación, forma de Estado, etcétera), se ha venido huyendo de la apelación al referéndum, pero si la división social se ahonda, como parece ocurrirá, resultará lo saludable.