Confesaba Jane Fonda hace un tiempo que el secreto a sus 74 años para seguir manteniendo una actividad sexual intensa es la testosterona. Inyectada, en parches o en pastillas, la actriz señalaba que, además, le hacía rejuvenecer, pero que le provocaba acné, por lo que había optado por dejar de tomarla por un tiempo. Si el precio de estar radiante y de funcionar como una bomba en la cama a los setenta y pico es que te salgan unos granitos, barato resulta, pero en fin. El caso es que, por genes, por fármacos o por afición, la fama de fiera de esta mujer debe ser real cuando su ex marido, el magnate Ted Turner, convive desde su divorcio en 2001 con cuatro mujeres para compensar su ausencia, o eso cuentan en los mentideros de la farándula norteamericana. Como el fundador de la CNN tiene veintiocho casas y catorce ranchos, no parece tener problemas para acoger a sus novias, de forma que es él el que rota de una casa a otra, en un apaño de lo más civilizado prodigando sus atenciones una semana con cada una. Teniendo en cuenta que Turner ya ha cumplido los 73 años y que tiene fama de seductor empedernido, también debería revelar sus secretos de alcoba al resto del mundo para que cunda el ejemplo sobre cómo mantener la atención de cuatro mujeres, una, al menos, un cuarto de siglo más joven que él. Que, según Forbes, su fortuna ascienda a 2.000 millones de dólares ayuda, claro, porque, además, el viejo empresario se está volviendo con la edad, dicen, un tanto rarito. El que fuera el mayor terrateniente de Estados Unidos, obsesionado con el medio ambiente y con la protección de los bisontes, intentó en 1997 donar mil millones a la ONU que, por imposibilidad legal, se destinaron a una fundación para luchar contra la amenaza nuclear. Nada extraño en un millonario algo excéntrico. En los últimos años, sin embargo, su encomiable lucha por la sostenibilidad del planeta parece haber ido demasiado lejos al llegar a afirmar en una entrevista el año pasado que los gobiernos del mundo debían prohibir a las familias tener más de un hijo, como hacían en China.

Por lo último por lo que este hombre ha salido en los medios del mundo entero es por lo de sus cuatro novias, aunque cualquiera sabe cuánto habrá en su fama de máquina sexual de leyenda urbana. Al fin y al cabo, hablamos de un hombre que, aseguran, se pasa su tiempo libre planeando cómo será su funeral y coqueteando, incluso, con la idea de dejar su cuerpo al aire para que se lo coman los pájaros.