Si no lo hubiera leído en nuestro periódico, si no lo hubiera escuchado en la radio y visto por la tele hasta la saciedad, pensaría que lo había soñado, que se trataba de un hecho de ficción o del guión de una película española al más puro estilo Berlanga. La realidad me obliga a admitir que estoy ante algo existente y suficientemente serio y que esto es cada día más el mundo al revés. No dejo de preguntarme cómo es posible que un ayuntamiento, por mucho que éste sea catalán y pertenezca a la provincia de Tarragona, haya decidido alquilar un terrenito de su propiedad para el cultivo de cannabis con el supuesto fin de crear puestos de trabajo y paliar su abultada deuda municipal.

La localidad tarraconense de Rasquera, gobernada por ERC ha suscrito un convenio con la Asociación Barcelonesa Cannabica de Autoconsumo para proceder a la plantación de marihuana en sus lindes. Convenio que reportará 1,33 millones de euros a las arcas municipales en los dos próximos años. De momento, y tras la aprobación en Pleno de la cesión de terrenos, el citado Ayuntamiento ha percibido los primeros 30.000 euros. Vamos a ver, ¿estamos o no estamos ante una ilegalidad que atenta contra la salud pública? ¿No se nos ha dicho y repetido hasta la sociedad que el huerto del pueblo es para tomates, lechugas, patatas o como mucho para convertirlo en un melonar, pero nunca en una plantación de marihuana? ¿No se nos ha dicho y repetido hasta la saciedad que ciertas plantas estupefacientes ni en las macetas que adornan los balcones de casa, ni en los parterres del jardín que circunda el chalé? Entonces, no sé a qué viene la licencia tomada por el Ayuntamiento de Rasquera.

No me extraña el cabreo que se ha agarrado el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el consejero de Interior de la Generalitat que actuará llevando la plantación de marihuana ante la justicia y el propio fiscal del Estado, Eduardo Torres-Dulce, quien ha asegurado que la Fiscalía Antidroga está examinando la situación para luego actuar en consecuencia. ¿En qué país se ha visto lo que últimamente se ve en España? Para que luego digan los nacionalistas catalanes que no se sienten españoles, sin embargo son la mar de hispanos al adoptar, incluso en Pleno municipal, ciertos defectos patrios como la picaresca de la que siempre España ha tenido el monopolio.

Sabiendo lo que la crisis está haciendo, individual y colectivamente, con instituciones como los ayuntamientos pequeños y grandes a verlas venir o a dos velas que también se dice, estoy por apostar que asociaciones como la aludida de autoconsumo cannabico van a salir a la luz pública ofreciendo pasta en cantidad a los ayuntamientos por terrenos en barbecho sobre los que cultivar esa y otras plantas prohibidas para uso propio, porque, mientras no lo vendan..., la cosa no tiene tintes de ilegalidad aunque no deje de ser un despropósito mayúsculo, de los muchos que comete una sociedad tan hipócrita como la nuestra que no se atreve a legalizar lo que nace, crece y se desarrolla en la clandestinidad con la complicidad de tantos. Al tabaco le remito. Se persigue al fumador pero se sigue vendiendo tabaco que también atenta contra la salud pública.

Una se pregunta ante tanto incendio provocado como se sucede estos días en nuestra provincia, ¿no tendrá nada que ver con algún interés creado relacionado con plantaciones de marihuana para los fines antes dichos? Sírvase usted mismo.