Me enviaron un e-mail, de los que circulan por la red, que reproduce una supuesta conversación entre el cardenal Mazarino y su primer ministro Colbert, en la que dialogan sobre la situación límite de las arcas públicas. Descartado gravar a los ricos, por lo obvio, y extenuados los pobres, el ministro de Finanzas inquiere al cardenal sobre la aparente incapacidad de generar nuevos recursos. Éste le responde: «Colbert, tú piensas como un queso de gruyere o como el orinal de un enfermo. Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquéllos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a ésos a los que debemos gravar con más impuestos. Ésos, cuanto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les quitamos. Son una reserva inagotable».