Pese a contar con mayoría absoluta su equipo de gobierno, la vida municipal de la capital zamorana parece devenir de un modo inusualmente tranquilo, sin ruido, pero también sin nueces, pudiera decirse. No pasa nada. Comido por las deudas que no dejan de crecer por cuanto en la práctica los ingresos son menores que los gastos, al Ayuntamiento, hay que reconocerlo, no le queda otro remedio que ir marcando prioridades y ateniéndose a las mismas por encima de planes y proyectos pendientes. Por otra parte, la discreción tampoco es mala cosa cuando a los vecinos se les suben los impuestos, en un contexto general de subidas -el Gobierno, la Junta…- después de haber prometido lo contrario.

Solo el turismo, el intento de vender el turismo para traer visitantes a Zamora, rompe el anodino discurrir y por la Fitur han andado ahora la alcaldesa y su dinámica concejala de la sociedad turística que se inventaron los del Ayuntamiento, y cuyas cuentas, por cierto, siguen sin darse a conocer. Bien está que se siga promocionando la ciudad, y la provincia, por más que los resultados sean de sobra conocidos y bien poco alentadores, pues, como siempre, solo la Semana Santa atrae cada año turismo de verdad y no en cuentagotas a Zamora. Pero como Semana Santa solo hay una, pues hay que seguir en la brecha, en un mercado tan competitivo y difícil a todos los niveles. Sin ir más lejos, no es fácil traer turistas cuando en las cercanías se cuenta con ciudades como Salamanca, Ávila, Segovia por no seguir con Valladolid, o León, o Burgos. Pero Zamora también tiene lo suyo, que no desmerece en nada, y de hecho al visitante en la mayoría de los casos le suele gustar lo que aquí encuentra en historia y en arte.

Esta vez lo que se ha vuelto a promocionar en la feria del turismo ha sido la ciudad como sede idónea para la celebración de congresos y eventos similares. La verdad es que se trata de un buen marco, en efecto. Lo malo es que no existe aún el centro de congresos, cuyas obras llevan paralizadas dos años, por falta de presupuesto de la Junta y por eso de las prioridades, que hay que entender, y que el Ramos Carrión, que hará las veces provisionalmente, o eso se pretende, tampoco está listo. Algo se conseguirá pero es difícil salir al mercado turístico en tan precarias condiciones. Y eso es lo que ha recordado la oposición municipal, la del PSOE, al equipo de gobierno del PP, al que acusa de acudir a Fitur para hacerse la foto de rigor como todos los años, sin que luego estos saraos sirvan para nada práctico.

Pero hay que estar si están todos los demás, en eso tiene razón la alcaldesa. Como la tiene el portavoz socialista, Manuel Fuentes, cuando recuerda a Rosa Valdeón que tiene pendiente aun la subsede de Las Edades del Hombre, prometida por la Junta, e insta a los del PP a reclamarla, después de dos años de silencio absoluto sobre el asunto. Obvio resulta que si Las Edades en Zamora hubiese dependido en su momento del Gobierno de la nación, o sea de Zapatero, la reivindicación y movilización hubiese sido constante, pero como la Junta está regida también por el PP, el Ayuntamiento zamorano no levantará la voz ni en broma, por si las moscas, que para los políticos, como se sabe, su partido es lo primero.