Mira, ya me tienes cansado con toda esa historia de los opresores, el expolio, la aniquilación de los indios y lo malos que fuimos los españoles en América.

Porque aquí, hace tiempo, también éramos indios, ¿sabes? En mi tierra éramos concretamente indios astures, una tribu de la que no sé si has oído hablar, y vinieron los romanos y nos dieron de tortas para llevarse el oro de las Médulas, por ejemplo, y todo lo que buenamente les pareció. Y a cambio dejaron todo lo que ya sabemos que dejaron los romanos, porque hasta el más ceporro ha visto a los Monthy Python en la vida de Brian.

Y ya ves: como hablo una lengua derivada del latín y me rijo por un estado de derecho derivado del romano, entre otras muchas cosas, no voy por ahí llorando y diciendo que a mis antepasados astures los aplastaron los italianos, ni me cisco en la bandera de Italia, ni creo que los italianos me deban nada. Ni los libaneses (fenicia), ni los tunecinos (Cartago), ni los germanos, ni los árabes, ni nadie. Y es que por aquí ha pasado todo cristo y por eso somos lo que somos. Y por eso eres lo que eres, dicho sea de paso.

¡Y claro que creo que hubiese sido mejor la paz! ¡Por supuesto! ¿Pero cuándo y dónde ha habido paz? Porque los míos, antes de que llegasen los romanos se degollaban entre ellos con verdadero entusiasmo, y los tuyos igual.

No me vengas con monsergas: de España a América hay la misma distancia que de América a España, pero resulta que fueron los míos los que atravesaron el mar para conquistar aquellas tierras. Y aunque esté feo hay que decirlo: los romanos eran superiores a nosotros y nos conquistaron. Los españoles eran superiores a los indígenas y los conquistaron. Nada nuevo bajo el sol. Y no me vengas con el cuento de que no era superioridad, sino imperialismo y cultura violenta. No me vengas con esas, porque los aztecas, los mayas, los incas y toda esa gente eran de todo menos pacifistas y demócratas. Como mis astures, por cierto...

El mundo es así. El día que ganasteis la independencia (a tiros, por cierto), os hicisteis dueños del futuro de vuestros hijos, pero también de las responsabilidades de vuestros antepasados. Porque los conquistadores son tus antepasados, no los míos. Los míos criaban cabras en los montes del tercer carajo, y por eso te escribo desde España.

Así que no me jodas. Tu indigenismo es una coña. Yo de veras que lamento que violasen a tu tatarabuela, pero lo cierto es que la violó tu tatarabuelo, y que por eso te apellidas López, Pérez o Fernández. Así que arreglad la cosa en familia y no toquéis más las pelotas....