No se dan un respiro. Los políticos son como esas moscas cojoneras de verano que pican y pican sin dar tregua al pobre pastor de ovejas. Antes de que mi pueblo, Trefacio, viajara por las calles de Zamora en busca de ayuda, ya estaba Rosa Muñoz, portavoz socialista de la Diputación, mintiendo en la radio.

Lamentablemente para ella, los excesos verbales que se dicen por la radio, como si se estuviera en un mitin, quedan grabados. Sin encomendarse a Dios ni al diablo, con el único afán de hacer resonancia con los tambores del apocalipsis, dijo que en los últimos meses Trefacio había tenido ¡15 secretarios!

Trefacio ha tenido seis o siete en los últimos años, no quince, no meses. Es tan cierto que todos escapan cuando ven las cuentas que dejó el anterior alcalde, o la ausencia de ellas, como que Rosa, por lo dicho, no tiene ni idea de las cosas que pasan en el pueblo. Porque cuando quisieron explicárselas, estaba sorda.

El alcalde Jesús Ramos ha huido de estos moscardones y no tiene culpa de si se le quieren pegar. He vivido desde el principio su lucha y he sabido de cómo el partido socialista, su partido, le daba la espalda en los momentos más difíciles. Ahora se apuntan al carro a ver si sacan algo. Como el diputado de IU Molina.

A mí me parece muy bien que los candidatos en unas elecciones engañen al pueblo. La mentira parece algo consustancial a un político. Pero hombre, viendo a un pueblo indefenso y a un alcalde con agallas luchar a la desesperada, perdieron la ocasión de morderse la lengua para no decir tonterías.

He sentido pena por mi pueblo mendicante. Siento pena por todos los pueblos mendicantes, que casi tienen que suplicar limosna donde deberían exigir justicia y derechos. Y el primero es que el hombre que lo arruinó fuera investigado y, en su caso, conducido a la cárcel.

Pero los políticos siempre pasan sobre las brasas sin quemarse. Los políticos con tal de llegar al poder, matan. Una ex concejala del PP de Palma hizo un fotomontaje de la ministra de Defensa Carmen Chacón enseñando una teta mientras mostraba unos planos a unos militares.

Si yo fuera el jefe del PP, a esta señora la expulsaba del partido en el acto. No se puede ser más cutre, sexista, retrógrada, malintencionada y estúpida que esta señora. Es lo de siempre. Los partidos no pueden mantener en sus filas a cualquiera. Cuántas veces se le habrá aparecido a don Fernando Maíllo en sueños el alcalde de Trefacio José Sánchez.

El daño que estos indeseables hacen a sus partidos es enorme. Como el que le ha hecho al partido socialista catalán el ideólogo de la campaña basada en un muñeco hinchable que simula ser un médico delante de un paciente agonizante. No todo vale para decir que hacen falta médicos o que los recortes en salud son malos.

A favor de la señora Pol, que hizo el repugnante montaje con la ministra, sus golpes de pecho y petición de perdón a todos los socialistas. Es necesario, pero no es suficiente. Si no la expulsan, el Partido perderá credibilidad.

Al margen de este comportamiento indigno de los partidos, pido, ruego, me pongo de rodillas ante el alcalde de mi pueblo Ramos y el presidente de la Diputación Maíllo, para que hagan un esfuerzo sobrehumano y echen una mano a Trefacio. Sé que las posturas están muy próximas. Quizás el orgullo de partido les esté cegando un poco a los dos. Quizás? En beneficio del pueblo, ¡Entiéndanse, coño! Es lo que mi pueblo dijo ayer paseando por Zamora.

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