Dormir con el enemigo en casa, suele salir caro. Acabo de visitar mi pueblo, Trefacio, y me encuentro con dos cadenas de radio y la televisión regional. Vienen a entrevistar al alcalde, Jesús Ramos. Se ha levantado una gran polvareda porque, si Dios no lo remedia, en septiembre le cortarán la luz a la pequeña localidad sanabresa, con todo lo que ello significa.

Realmente es un crimen de lesa humanidad. Desde aquí mismo, hace años, se ha venido dando la voz de alarma. Desde aquí mismo, hace años, se ha reclamado una gestión decente para este Ayuntamiento que gobernaba José Sánchez. Desde aquí mismo se ha contado, desde hace años, los desmanes y abusos que estaban llevando a la ruina al pueblo.

Alguien debió pensar que lo que ocurría era animadversión personal hacia un hombre que ha causado enormes quebrantos a los trabajadores del Ayuntamiento que contrató y no pagó, y a los propios trabajadores de su empresa, sumergidos en un mar de procesos judiciales en reclamación de sus sueldos impagados. No era así. Ninguna animadversión personal que no deviniera de contemplar cómo con enorme prepotencia se mandaba a un pueblo al cubo de la basura.

Desde aquí, y desde hace años, se ha pedido a la Diputación que prestara un poco de atención a las tropelías que en este Ayuntamiento se estaban cometiendo. Nadie hizo nada. Todos miraron hacia otro lado. Ahora han tenido que ser los colegas periodistas los que tiren de la manta que este diario destapó. Lamentablemente la mierda que está saliendo debajo de la manta y de la alfombra va a dar para llenar la planta de reciclaje.

Se han perdido las subvenciones porque la gestión del Ayuntamiento fue ruinosa. Las subvenciones que llegaron para pagar a los trabajadores no llegaron a sus bolsillos. Hay que devolver el dinero del Plan Ñ porque se ejecutaron obras y el dinero destinado a ellas no se sabe adónde fue a parar, pero desde luego no fue al empresario que las ejecutó? Un sinfín de desmanes que nos coloca en las radios y televisiones y no precisamente para mostrar nuestras enormes virtudes.

El desastre se ha completado ahora y el ciudadano puede pensar que, si la Diputación no atiende a estos pueblos a los que el gobernante inútil destruye, para qué sirve. El melón de la utilidad de estas instituciones está abierto y me parece a mí que no es demasiado dulce para la entidad zamorana. Es una pena que las reiteradas denuncias no sirvieran en su día para nada. Si alguien hubiera hecho algo de caso, no estaríamos ahora en un callejón con poca salida.

Desde luego, lo que me sorprende es cómo la Diputación ha dado ahora la callada por respuesta a las demandas del pueblo. Hasta la Junta ha recibido a representantes del pueblo. No debía haber sido menos la institución provincial. Claro que, a tiempo está.

No se merecían mis convecinos este crimen. No se merecían que, a partir de septiembre, tengan que vivir en una perpetua cita a ciegas. El verano se va y nuestros ancianos se quedan. Sin luz, si nadie lo remedia. Esto sí que es un asunto oscuro.

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