Fue y es Aliste tierra de fe quizás arraigada primero por la llegada de los monjes Franciscanos y Agustinos. Tierra de devociones y firmes creencias: los mártires Fabián y Sebastián, en Valer tenían cofradía y santuario; protectores ellos San Blas en Rabanales (garganta), San Roque en Alcañices (peste), San Antonio en Sarracín (cosas perdidas), San Antón en Domez (animales), San Cristóbal (contra el agua y el fuego), San Vicente (rabia) y Santa Lucía en Grisuela (vista).

Tola fue el punto de partida de la convivencia religiosa en el año 1991. A partir de entonces cada año, ya van veintiuno, ha ido recorriendo diferentes pueblos, allí donde nació alguno de ellos: Bercianos (1992), Grisuela (1992) Alcorcillo (1994), Matellanes (1995), San Juan del Rebollar (1996), Rabanales (1997), Alcañices (1998), Trabazos (1999), Nuez (2000), Moveros (2001), Gallegos del Río (2002), Fornillos (2003), San Vitero (2004), Figueruela (2005), Cerezal (2006), Ufones (207), Vivinera (2008), Palazuelo de las Cuevas (2009) y Toro (2010) para homenajear al Padre Usera. Ayer le tocaba el turno a la ribera del río allí donde San Víctor Bracarense y Santa Engracia vinieron para vivir y morir; en Las Torres, único pueblo donde se venera a los barqueros del Esla, San Julián y Santa Basilisa. Monjas y misioneros esos que lo han dado todo a cambio de nada.