Generosidad, dar y compartir, disfrutar de las cosas sencillas de la vida son, para mí, valores necesarios para ser bueno. Es necesario un giro al mundo del espíritu. Personas buenas hay en todas las edades y condiciones sociales, pero es un valor que no genera beneficios desde el punto de vista económico, por lo que no es noticia. Se dan a los demás sin pedir nada a cambio, en secreto, con naturalidad y sin darse importancia porque ganan más que pierden y son felices ellos y los que les rodean, haciendo la vida más agradable y llevadera a los demás. Pero no basta con proponérselo, hay que serlo, y fomentar el serlo. La bondad es signo de grandeza y el hombre ha sido creado-nacido para ser grande en todos los órdenes de la vida, cada uno en la misión que asume o se le ha encomendado.

Son las actitudes y los pensamientos de bondad los que nos hacen ser buenos o malos. Actitudes de servicio para con los necesitados y ejercitar la generosidad de forma callada y sencilla nos hace ser buenos; descubrir lo bueno de las cosas y de las personas ya que todas tienen sus valores y principios también son cualidades dignas de consideración y de aprecio, que nos alejan del egoísmo y de la superficialidad. Como señala un proverbio chino: «el que quiere hacer el bien de los demás ha hecho ya el suyo propio».

Pero cuando hacemos algo por alguien, ¿no nos sentimos satisfechos por ello? ¿No somos más felices? Creo que el actuar correctamente según nuestra conciencia, ya que no hay verdad absoluta más que Dios, es lo que nos hace ser buenos, felices para con nosotros y para con los demás.

Si queremos experimentar la bondad y la felicidad, no podemos tener odio o rencor en nuestro corazón. La verdadera felicidad supone nobleza de espíritu y de corazón dispuesto al perdón, a la comprensión, al amor a los demás. ¿Conocen algún hombre importante por sus logros en la humanidad, con prestigio, que haya ejercido la maldad y haya triunfado? Yo no, por lo que creo firmemente que la grandeza del ser humano está en la bondad y el amor a los demás y con estos principios, antesala de otros también importantes, como la amistad, la paciencia, la cordialidad, la humildad, el buen hacer, entre otros, podemos encontrar el sentido a la vida que todos buscamos.