Solo quedan 17 días para que empiecen a llegar a nuestro país unos 300.000 jóvenes venidos de todos los rincones del planeta y acogidos por casi todas las diócesis españolas. Cerca de millón y medio, entre españoles y extranjeros, dispuestos a celebrar por todo lo alto la alegría de ser seguidores de Jesucristo y miembros de su Iglesia. Es un momento apasionante para que España y Europa vuelvan a encontrar sus raíces cristianas tal y como invita el lema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe». Viviremos un momento importante de rejuvenecimiento de la toda la Iglesia y también de renovación para muchos peregrinos, para los más cercanos a la fe y para los religiosamente más fríos.

No hace mucho he tenido la suerte de poder presenciar en Madrid el testimonio profundo y sobrecogedor de jóvenes matrimonios, religiosas y sacerdotes para quienes las Jornadas Mundiales de la Juventud han sido vocacionalmente decisivas en sus vidas. También es verdad que siempre habrá escépticos, incluso en las propias filas eclesiales, que sólo quieran ver el vaso medio vacío dada la aparente desproporción entre los esfuerzos organizativos y la «cosecha» obtenida. Pero solo Dios es quien toca los corazones, solo Él conoce los resultados. A nosotros únicamente nos corresponde que, tanto lo cotidiano de cada día como estos grandes eventos evangelizadores, los preparemos tal y como tratamos de hacer, con todo esmero e ilusión; sabiendo que todo ello es terreno abonado para que la semilla germine. Si el sembrador no falla y la semilla tampoco, que no seamos nosotros quienes agüemos la fiesta de colaborar en la siembra.

En nuestros pueblos y ciudades rematamos en estos últimos días todo lo necesario para que los jóvenes que acogeremos en nuestras casas se sientan como en las suyas: encuentros oracionales, festivos, musicales, culturales, etc. Por ejemplo, recomiendo a los lectores que no desaprovechen la ocasión de acudir a dos conciertos-testimonio muy especiales que tendrán lugar en La Colegiata de Toro: el viernes, 12 de agosto, a las 22 h llegará desde Huelva el conocido grupo Brotes de Olivo; y el domingo, 14 de agosto, a las 21 h el cantautor zamorano Rogelio Cabado. Serán solo dos momentazos junto a otros muchos no solo de Toro sino también de Zamora, Benavente y de tantos lugares de la geografía zamorana y española. En estos próximos días, del 11 al 15 de agosto, como después en Madrid del 16 al 21, ya con el sucesor de Pedro, testimoniaremos al mundo que no seguimos a un Jesús histórico pasado de moda, sino al Dios vivo y verdadero que nos lo da todo y que mantiene su promesa de permanecer con nosotros, con su Iglesia, todos los días, hasta el fin del mundo.