Lo más curioso es que se trata de un libro publicado hace un par de años y que en España hasta ahora había pasado sin pena ni gloria, y eso que venía a ser una versión nacional de lo que ya había sido un gran «best seller» en Italia, con tremendo éxito de ventas y cuyo contenido conmocionó en su momento a los italianos, pese a que como los españoles están ya acostumbrados a la desmesura de los privilegios que los integrantes de su clase política se otorgan a sí mismos, sean de derechas o de izquierdas.

Pero en las últimas semanas y sobre todo con el Movimiento 15-M de los jóvenes y no tan jóvenes indignados, que parecen cada día más, el libro «La casta», de Daniel Montero, subtitulado como «El increíble chollo de ser político en España» y subtitulado nada menos como «Derroches, comilonas, regalos y privilegios inconfesables», se ha convertido en el «best seller» del momento, en el ameno e indignante libro de cabecera de una ciudadanía que ya se olía el pastel.

Naturalmente en la larga relación de privilegios de los que se benefician los que viven de la política, que ni se sabe cuántos son, aunque se cifran en unos 80.000, que llenarían el estadio del Madrid para entendernos, aparecen los más clásicos y conocidos junto a otros nuevos que demuestran por qué los caprichos de esta gente, que ellos mismos se imponen, los autoprivilegios, cuestan al año 720 millones de euros a los sufridos y cada vez más esquilmados contribuyentes.

Ya se sabe que a los parlamentarios les queda la pensión máxima con solo siete años en el cargo mientras que el resto necesita de 35 años cotizados. Pero es que las retenciones de sus nóminas se rebajan al 4,5 por ciento. Y sus dietas, que se añaden a sus sueldos, rondan los 2.000 euros, libres de impuestos, al mes si viven fuera de Madrid, como es el caso de la mayoría. Más otros 250 euros para taxis. Incluso si viajan en su coche y son multados las sanciones, con recargo, se abonan con dinero público.

Hay muchos otros lujos, porque no se privan de nada. Los coches oficiales, uno de los que se ven, con casos tan extremos como el del alcalde de Madrid que dispone de un vehículo blindado de 600.000 euros, aunque el resto de los coches de lujo anda entre los 50.000 y los 100.000 euros. Cantidad de vehículos, llevándose la palma la Junta de Andalucía con 234 coches oficiales y la Generalitat de Valencia con 200 para sus altos cargos. Con el agravante de que el uso de coches oficiales para asuntos particulares o de partido es una práctica común aunque intenten disimularla.

Y las mariscadas y los regalos y los viajes y tantas cosas más. Un derroche, un despilfarro, y una morosidad irresistible, camino de la ruina. Cada español debe 556 euros por las deudas de sus ayuntamientos. Los partidos deben cerca de 200 millones a los bancos, pero a esos no les desahucian si no pagan. Son deudas a fondo perdido, muchas veces. Descontrol, falta de transparencia, carencia de ética, abusos, privilegios injustificables e intolerables. Hasta en Zamora el 80 por ciento de los participantes en una encuesta de la edición digital del periódico apoyan el Movimiento del 15-M y su indignación.