Hasta ahora le creía un tío competente, trabajador, listo. Pero nunca le creí tan listo. Hablando de los privilegios de diputados y senadores, dijo que no tienen ninguno, que sería un problema que la sociedad pretendiera que al Congreso fuera gente sin propiedades, que sea una Cámara de funcionarios y pobres?

Le salió el pesetero que lleva dentro. Nadie pretende que los mendigos abandonen su trabajo en la puerta de las iglesias para que vayan a quitarle el puesto al Congreso. Se trata, señor Duran, de que no vayan ustedes pobres y salgan ricos. Se trata de que don José Bono no entre en política con una mano adelante y otra detrás y se haga un pequeño patrimonio de tres mil millones.

En cualquier caso, don Josep, si fuera una Cámara de gente pobre, qué. Qué de malo hay en ello. O si lo fuera de probos funcionarios. ¿Acaso los unos tienen menos luces que ustedes? ¿Acaso los otros tienen que tener el bolsillo lleno para discurrir mejor? ¿Son todos ustedes unos lumbreras? ¿Acaso la riqueza es signo de inteligencia? Muchos tontos se forran: mire a su alrededor. Solo tienen que ser ladrones. Y la lista de burros que pacen en el Congreso es enorme.

Usted se confiesa con menos de cien euros en el banco. Si nos atenemos a su palabra, es un menesteroso, un pobre, luego no debería de estar en el Congreso. Bueno, dice que tiene menos de seiscientos euros pero luego puntualiza que tiene tres casitas. Como todos los obreros, vamos. Si sus mentiras les hicieran crecer a ustedes la nariz como a Pinocho, el Congreso sería un gran almacén de narices de madera.

Se pregunta si queremos una clase política preparada o diputados que al día siguiente de dejarlo tengan garantizado un puesto como funcionarios. La respuesta exige otra pregunta: ¿Cree usted que la gente que trabaja en la empresa privada está menos preparada que ustedes? ¿No será que muchos de ustedes se agarran a la política como medio de buscarse un trabajo sin tener que opositar ni estudiar una licenciatura? ¿Sin más mérito que medrar y agarrarse a la cuerda de sus partidos para trepar?

En cuanto a si preferimos que cuando ustedes lo dejen tengan garantizado un puesto como funcionarios, pues no. Honradamente, no. Preferimos que se busquen otro trabajo en el que seguir cotizando o que pasen a engrosar la noble lista del paro en la que se detienen cinco millones de compatriotas suyos.

Habla usted de clase política preparada como si en realidad lo estuviera. Señor, le recuerdo que entre los ministros hay tipos que apenas tienen estudios primarios. No hace falta recordar nombres. ¿A eso le llama usted gente preparada? Así nos va. Asegura que su mujer, como abogada, se gana la vida mejor que usted. Pues ya sabe: que le contrate como pasante en su despacho. ¿O quiere decir que usted está más preparado que ella y va al Congreso a hacer caridad cristiana?

Tiene miedo de que el Congreso se «funcionalice». ¿Qué tiene, señor Duran, contra los funcionarios que con tanta inquina se dirige a ellos? ¿No lo son ustedes, en tanto y cuanto hacen una función con cargo al Estado?

Le parece irresponsable que Rajoy haya abierto el melón de los privilegios de los políticos. Al ciudadano le parece espléndido que este melón podrido se abra, porque de él también tendrán que comer Rajoy y las señorías que bailan al son de su batuta.

Quiero precisar que hablo en nombre de todos los ciudadanos cuando en realidad solo escribo en el mío propio. Así que, donde digo «pensamos», debe decir «pienso», ya saben?

delfin_rod@hotmail.com