Pueblo y paisaje junto a la escuela fueron modelando el espíritu de Alfonso hasta los trece años que se desplazó a Zamora, haciendo el ingreso en la Escuela Elemental de Trabajo, establecida en el Castillo, fortaleza de la ciudad y nombre como se conocía a la tal Escuela desde su creación durante el periodo del Directorio Civil de Primo de Rivera, y en la que se impartían las especialidades de Metal, Electricidad, Fontanería, Hojalatería, Carpintería, Ebanistería y Talla. Después del primer Curso Formativo y de Orientación, Alfonso en el segundo elige la sección de Carpintería, Ebanistería y Talla, teniendo por maestro a don Manuel Huertas que trabajaba la madera y al profesor de Dibujo también zamorano don Pablo, en cuyas clases se va a formar y desarrollar desde los primeros momentos su clara personalidad como auténtico artista, como lo demostrara ampliamente a lo largo de toda su obra, junto a sus años de docencia.

En 1943 Alfonso comenzó a trabajar en la empresa más prestigiosa de Zamora, la ebanistería de don Gerardo Fernández, más conocida por Gastalber. Los trabajos de esta empresa de encargo, en este momento se realizaba un comedor estilo Renacimiento, mesa de madera de nogal tallado por el tallista granadino señor Reyes, maestros que dejaron su impronta en la personalidad de Alfonso. A los 17 años tuvo el primer contrato de trabajo. La marcha del tallista señor Reyes a su tierra deja a Alfonso como único tallista en la Casa Gastalber.

En 1947 la Cofradía de Jesús Nazareno encargó a Gastalber un trono para la Virgen de la Soledad. Cumplido el servicio militar en Valladolid, Alfonso regresó a su empresa. No pasó mucho tiempo y la Cofradía de Jesús Nazareno le encarga otra nueva mesa para el Cristo de la Agonía en madera de nogal con poca decoración debido a la escasez de fondos de la cofradía. Fallecido don Gerardo Fernández se disuelve la empresa. Obtiene por oposición la plaza de Maestro de Taller en la especialidad de Carpintería, Ebanistería y Talla de la Escuela Elemental de Trabajo, con el sueldo de 8.000 pesetas anuales, comenzando a trabajar sus tardes libres en el taller que abre en la plaza de San Ildefonso.

La Cofradía de Jesús Nazareno le encarga la mesa de la Crucifixión y la Elevación de la Cruz.

Las Escuelas Elementales de Trabajo pasan al Ministerio de Educación y Ciencia en 1960, teniendo que volver a opositar para ser funcionario del Estado... El año 1962 se le encarga restaurar el trono de la Virgen de La Soledad para acoplar la caída del nuevo manto de terciopelo bordado en oro y al mismo tiempo se le encarga una nueva mesa para La Soledad, obra que Alfonso realiza totalmente a lo largo de un año y de la que siempre se sintió verdaderamente satisfecho y orgulloso. Su última obra para la Semana Santa es la ampliación de la mesa del Santo Cristo de la Agonía, realizando la obra en su estructura interior y exterior y añadiendo nuevas tablas talladas, ménsulas, una grada alta y talló la cruz del Cristo.

Sus últimos años los dedica casi exclusivamente a la Enseñanza en el Instituto Politécnico de Formación Profesional de Zamora Río Duero y lamentándose siempre de que en los programas de Enseñanza Profesional actuales no existía el Dibujo Artístico, ya que sin una base firme del dibujo no se puede iniciar con base el manejo de la gubia y como tal la talla. Nuestro personaje se jubila en la última década del pasado siglo XX y ha fallecido en los últimos años de la primera década del XXI. Sus restos descansan en su pueblo natal.

Desde los 17 años, Alfonso tuvo muy claro que solo cuando se tenía el dominio del dibujo artístico, la relación con la gubia era fácil y fecunda. Sus clases y sus alumnos fueron claros testimonios de esa relación.